Hace como un año, los de BoS celebraron un mitin a mayor gloria de España en la plaza de Margaret Thatcher. Ahora los tenemos, en mitad de una pandemia, haciendo lo único que saben hacer, que es decir idioteces y hacer golpismo. Emplean un discurso aparentemente contradictorio, donde, por un lado, el gobierno español ha actuado tarde por intereses espúreos marxistas-feminazis, y, por otro, está limitando indebidamente la libertad de los españoles de bien (es decir, los 45 millones de Amancios que supuestamente componen el país). Un discurso que, más allá de su contradicción patente, se puede criticar sobre bases empíricas, especialmente si comparamos la actuación del gobierno español con los de su entorno.
Dicho esto, ¿cómo puede reaccionar la gente a este discurso? Tengo pocas esperanzas. La gente no es tonta: hay de todo. Pero la gente es cobarde y tiene miedo a violentar su identidad, es decir, sus relaciones personales íntimas, principalmente las familiares. Entonces, a la gente, curiosa o no, estudiosa o no, podemos pedirle muchas acrobacias técnicas y retóricas, pero muy poco en términos de cambiar sus ideas y orientaciones básicas, sobre todo cuando éstas emanan de creencias y tradiciones familiares. Así que, si tu familia es de derechas, seguramente tú lo serás también, y tenderás a comprar este discurso de BoS, por idiota que sea, ya que BoS es ahora mismo la fuerza que domina culturalmente en el espacio de la derecha.
Ahora bien, lo menos que puedes hacer, aunque seas de derechas, es tratar de imaginar qué respuesta daría BoS en esta crisis, ya que esta -hemos admitido- no sería en nada parecida a la del gobierno. Pues bien, para este ejercicio de imaginación, no pienses que hay que considerar ninguna esencia española ni a ningún gobierno español pasado, ni siquiera el de Franco. Lo que hay que ver es qué está haciendo Reino Unido y cómo le va con la crisis del coronavirus. Porque estos imbéciles de BoS, antes que españoles, son sobre todo aporófobos (desprecian a los pobres); son, sobre todo, ultraliberales herederos de Thatcher y de «lo mejor» del pensamiento socialdarwinista británico, según el cual el mundo humano es la ley del más fuerte y quien perece es sencillamente quien se lo merece. España no les importa. Dios no les importa. Para esta gente sólo hay un Dios y se llama supremacismo del hombre blanco rico. No hay entonces que hacer caso a nada de lo que digan a nivel de críticas o propuestas. Hay que mirar lo que hacen Boris Johnson y Donald Trump, es decir Reino Unido y Estados Unidos, porque estos son los referentes intelectuales y culturales de esta escoria humana y los herederos directos de Margaret Thatcher, señora que, según BoS, resume y sintetiza la grandeza del espíritu español.
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