Facebook ha cerrado mi perfil personal. ¿Por qué lo ha hecho? Seguramente por subvertir la moral popular. Pero, ¿qué es la moral popular? Una puta mierda, señor.
Quizás la moral popular tenía sentido en las tribus que cumplían con el número de Dunbar ese de 150 personas. Entonces lo pre-ironic tenía una racionalidad. Pero a poco que las técnicas avanzaron, se instituyeron los imperios y se aceleró la historia, la moral popular perdió su conexión con la realidad. Y ello porque la moral popular, tradicional, casi-biológica, se inscribe en territorios, programas de acción visibles, etc. mientras que, desde hace ya mucho, gran parte de lo interesante desde el punto de vista moral sucede en situaciones mediadas por mapas y cartografías, medidas y cronometradas, donde las personas existen sólo como abstracción de una masa probabilística sometida a la ley de los grandes números; situaciones codificadas en un lenguaje artificial, organizadas mediante métodos precisos abstraídos de contexto, relocalizados e integrados en totalidades mayores que desafían a toda costumbre y tradición.
A este proceso (que podemos llamar Modernidad) se debe la precariedad de la tradición y la inmersión de la moral popular en el modo pre-ironic de la existencia, mientras los estratos tecnocráticos de la población (clase creativa, etc.) redefinen casi cada día su visión del mundo a medida que toman conciencia de nuevos fenómenos que acaecen en un país lejano o en una región invisible al ojo humano. Las interpretaciones de estos fenómenos luego se estandarizan, compatibilizan con otras interpretaciones, se codifican y finalmente se incorporan a la máquina totalitaria y global de autoacumulación de la grasa.
Pero vemos, por otra parte, que esta máquina se maneja bastante bien con la moral popular, y de hecho la emplea y la adapta a sus propios fines (creación de demanda, control de masas, policía predictiva etc.) con cientos de técnicas científicas. De modo que no ha de extrañarnos que un ente como Facebook esté del lado de la moral popular y de lo cuñado en general, mientras que cualquier cosa, evento o persona pretendida o efectivamente subversiva es reprimida y hecha desaparecer tan pronto como sea posible.
Hoy me quitaron la página a mí. No lo hizo nadie importante, claro, sino un vulgar clasemediano a quien alguna publicación mía le resultó incómoda. Facebook simplemente se alía con este sentimiento de incomodidad, tal y como lo haría un buen Pedagogo Rey. Mañana pueden ser vuestras páginas las que sean eliminadas. Así que recordad: vivid la vida en modo pre-ironic, sed buenos clasemedianos si el sueldo os llega; y esto os dará seguridad siempre que el sistema no se venga abajo por otras razones.