La experta en platos combinados Alicia Way lleva desde 2015 recopilando las mejores fotografías de platos combinados del mundo para la comunidad instagramera. En este artículo nos revela en exclusiva los detalles de estas exquisiteces con firma española.
La historia del plato combinado se remonta a la apertura de España al turismo, aquellos maravillosos años 60. El Ministerio de Información y Turismo, dirigido por Manuel Fraga, aprobó una ley por la cual se debían servir platos con productos de la tierra a precios asequibles para los nuevos invasores. Como dato, el plato combinado no debía superar las 250 pesetas en el caso de los restaurantes de lujo, y entre las 170-50 en los restaurantes de índole inferior, lo que hace replantearse si uno podía ir al Palace a comer huevos fritos.Al nivel del toro de Osborne, el cuñadismo, la flamenca sobre la tele (aprovecho para reivindicar que las teles de plasma gentrifican nuestro salón), el sombrero y chaqué de una botella de Tío Pepe está el plato combinado, orgullo del estado de bienestar español.
El plato combinado nunca es vegano, ni vegetariano, ni paleo, y siempre tiene gluten. Debe contener obligatoriamente productos altamente calóricos acompañados siempre de un huevo frito o dos, patatas, y una opción veggie que sea susceptible de cambiarse por otro huevo frito. El producto retratado por una imagen que rebosa aceite es saciante para cuerpo y mente.
La imagen es tan esencial como lo son las patatas fritas y el tomate en rodajas para la correcta descripción del producto. El plato combinado está marcado bajo su propio un orden estético: la imagen siempre es cenital, lo que caracteriza al plato combinado de un aura celestial. Aunque hay diferentes planos en los que aparece, mi favorito es “el insinuado”, cuya composición en diagonal dota a la foto del dinamismo y rapidez que la grasa nos va a arrebatar.
Además, el contenido se reparte uniformemente por todo el plato, utilizando el mayor espacio posible. Si sobrase espacio, éste se llenaría con patatas fritas y cuando fuese necesario, un limón. Podemos encontrar la firma del artista en el plato con una tira de pimiento o con una oliva.
Alrededor de la foto se sitúan recomendaciones a las que debemos prestar atención para conseguir una experiencia gastronómica completa, como el tipo de bebida que mejor acompaña nuestro menú o la posición del mantel con el que nos deberían servir los manjares a degustar.
Hemos de señalar que la nueva escuela del plato combinado ha llegado a considerar el bocata como un plato combinado más pero, como todas las corrientes adelantadas a su época, hay detractores. En lo que sí están de acuerdo es que el bocata debe respirar el mismo folclore característico de un Número 7 o un Número 3.
Pero si pensamos que el plato combinado es exclusivamente un producto nacional estamos equivocados. Nuestro pueblo siempre ha sido conquistador, y además de llevar las buenas costumbres a Latinoamérica, también hemos querido que diversos pueblos disfrutaran del placer que supone el plato combinado. Podemos ver algunos ejemplos de la internacionalización del plato combinado en Inglaterra, como en la imagen de abajo.
En Brasil, el plato combinado ha sido traducido libremente a “plato ejecutivo”, lo que le confiere a la clase trabajadora la energía suficiente para levantar el país.
E incluso en Japón, donde los nipones han evolucionado las formas de visualización de la grasa a través de ricas maquetas.
En conclusión, debemos convertir del plato combinado un arte tan nuestro como el Barroco o Calatrava. En su ADN está el triunfo de la democratización de la vanguardia culinaria.
El plato combinado como una de las arte decorativa representa lo mejor de nuestra tierra. En cada rebozado celebramos un triunfo de España, una copa del mundo, un Madrid-Barça. Cuando pida un plato combinado recuerde que está haciendo de este país un lugar mejor.
> Siga a @platos_combinados en Instagram >