En defensa de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado

 

La cadena ARTE emitió recientemente un documental en torno al aumento de los suicidios dentro del cuerpo de policía antidisturbios francés. Al mostrar mi interés por el tema públicamente en Facebook, campo de batalla de la Tercera Guerra Mundial, multitud de comentarios hirientes se abalanzaron contra mí cual pirañas a una foto de perfil pegadas. El estado del alma de todos aquellos criticones era unánime: la policía en España es una cosa de la derecha, luego es el Mal. ¿Por qué preocuparse por la policía, que son «perros de presa» de los grandes poderes y capitales, en vez de dedicar el tiempo a preocuparnos por, por ejemplo, la gente que se suicida cuando es desahuciada precisamente por la policía? El problema es que en España no se pueden hablar de estas cosas con algo de seriedad: La Meseta cree que la Policía está compuesta por superhéroes y la Anti-Meseta cree que son cerdos.

Poco después, y ante la estatua del último gran metafísico de la filosofía occidental, Karl Marx, se congregaban cientos de nazis mostrando su repudio a la política de puertas abiertas que «Alma Bella Merkel» promovió a fin de contagiar al resto de países de la Eurozona (con resultados nulos, como era de esperar). Entre ellos y el caos sólo estaban los antidisturbios. Y es que la policía y los cuerpos de seguridad no son simplemente un instrumento de la derecha para aplastar las manifestaciones de las izquierdas e incautar porrillos a los chavales del parque. Que en España haya una derecha sociológica en la policía se puede ver, incluso, como algo accesorio, y completamente normal debido a nuestra historia. De hecho, el historiador marxista Perry Anderson, cuando discutía con Pablo Iglesias en La Tuerka, sacó precisamente el tema de la diferencia entre el ejército portugués (progresista y de ideas liberales) y el ejército español (que tiene la fama de ser reaccionario e incluso TecnoCarambólico en el caso de la Legión de lo Grotesco).

La izquierda más pre-irónica siempre querrá ver al Estado como la más refinada conspiración de humanos. Las farmacéuticas, las televisiones, los cuerpos de seguridad, las cárceles o los colegios están en su contra, y vienen a por ti. Esta fotografía, por ejemplo, armó bastante revuelo: “Un policía es amigo de un facha”, ¿pero no será más bien que le está apartando? Ese gesto con el brazo puede significar cualquier cosa, pero ¿quién no tiene y ha abrazado a algún facha alguna vez? ¿Y no son nuestros abuelos, padres o primos fachas, y les abrazamos igualmente? Tal vez este policía sea simplemente un podemita, eso sí, con educación.

En Foro Policia, un usuario preguntaba si había gente de izquierdas dentro de la Policía. La segunda respuesta era: «Claro, en la entrevista te hacen jurar fidelidad a Franco o si no no apruebas. Enviado desde el móvil». Otros contestaban con memes de «Facepalm», y otro le contestaba tibiamente diciendo: «La policía representa el orden» para añadir a continuación que, por tanto, la policía tenderá a votar a opciones moderadas, de centro. En otro foro, esta vez con muchos comentarios, un policía afirma que la idea de «Policía = Represor = Facha» es un estereotipo, y que de facto muchos «compañeros» afirman hasta sentirse un poco rojillos. Luego el hilo se perdía en frasecillas y cancioncillas cachondonas, lo cual nos remite al cuñado y por lo tanto a las tonadillas neolíticas que recuerdan cómo y por qué vivir. En suma: la policía es Pueblo.

En efecto, el Pueblo elige al PP, y la policía defiende las leyes del PP, por tanto enfrentarse a la policía en 2011-2018 ha sido enfrentarse al Pueblo.

En segundo lugar, en las manifestaciones del 15M, por ejemplo, la policía representaba al Pueblo y sus deseos, mientras que los manifestantes, aunque se dijesen demócratas, odiaban al Pueblo. Nosotros expusimos esta paradoja en un acto ultrarracional, cuando acampamos en la Puerta del Sol en el quinto aniversario del 15M con una pancarta en la que ponía «SÍ NOS REPRESENTAN». Y es que, les guste o no a quienes participaron del 15M, la democracia española, aunque tenga listas cerradas y no otorgue auténtico control al Pueblo (pues solamente da la capacidad de elegir como quien elige entre los productos de un supermercado), gusta a la gente. ¿O acaso alguien, aparte de Loco Loco Trevijano On Fire y cuatro intelectuales más se ha quejado de los dilemas de la Transición? No. El Pueblo está conforme.

Y aunque los izquierdistas del 15M hubieran tenido la razón, se da la típica paradoja entre democracia representativa y verdad. Los libertarios, por ejemplo, están en contra del gobierno de Allende, pero la dictadura de Pinochet sobre una población ampliamente estatista/socialista fue imposición militar, y por tanto es una aberración para todo aquel que se considere realmente libertario. O lo que es lo mismo, un gobierno que se ha tomado por una minoría en contra de los intereses de la mayoría, debiera ser una aberración para cualquiera que tuviese como valor la idea de que «el Pueblo decide». En efecto, el Pueblo elige al PP, y la policía defiende las leyes del PP, por tanto enfrentarse a la policía en 2011-2018 ha sido enfrentarse al Pueblo, y si los izquierdistas hubieran ganado y hubieran impuesto sus proclamas, por muy justas que hubieran sido, ¿no serían ellos igual o peor que la Policía?

Los collages que el Pueblo hace a los distintos cuerpos de policía son la prueba de que sí les representan.
La policía no es despreciable por defender los intereses del poder, sino por estar compuesta de clasemedianos.

¿Qué eran los que se pegaban contra la policía? Sólo eran clasemedianos que, a la postre, acabarían siendo podemitas con el tiempo. Pero una vez en las urnas los podemitas perdieron, y los que eran anarcas o comunistas, y no se sintieron cómodos con el partido morado, siguieron siendo los cuatro gatos pardos de toda la vida. Y el propio Líder Supremo de Podemos acabó haciéndose fotografías y defendiendo a la policía por ser Pueblo ellos también. Y es que no hace falta ser un doctor en Ciencias Políticas para saber que la policía está compuesta, en rigor, por clasemedianos. Y por ende son, independientemente de su ideología, despreciables. Pero lo que interesa de la policía no es lo que esta es en sus partes, sino su función como un todo organizado y mediado por el Buromundo. Buromundo que en la policía es crecientemente menos humano, pues cada vez más se comienzan a sustituir trabajo humano relevante por equipos informáticos, tecnologías de Vigilancia Tecnológica, drones, y máquinas capaces de hacer registros en zonas de tránsito.

De ahí que la crítica del izquierdista, y más en general del porreta de humanidades, sea estéril y no denote más que la necesidad de una Identidad-Grasa en contraposición de otras identidades, o simple y llanamente un pensamiento conspiranoico, porque:

  • El hecho de que la cosa sea roja o azul no significa que eso condicione su función.
  • La policía es útil dentro de un cuerpo social. Si no se hubiera convertido en una chorrada de adorno, como la Filosofía o la Literatura.
  • Odiarla antes de reflexionar sobre ella es típico de la «mentalidad del ticket» que criticaba Adorno, por la que un hecho no viene aislado sino que forma parte de una visión unidimensional, y que alimenta el Madrid-Barça.
  • La policía es Pueblo y, como tal, en sus filas hay todo tipo de personas, y no se pueden cometer la falacia de la generación apresurada ni tomar la parte por el todo.
  • Por último, siendo este el punto más importante: porque las funciones humanas dentro de los cuerpos de seguridad pueden y deben ser automatizados.

Una vez hemos conseguido sortear las cuñadeces típicas del izquierdista pre-irónico, podemos comenzar a pensar en la función misma de la policía, y esto teniendo en cuenta la inminencia de un colapso medioambiental. Siga leyendo aquí >>

 

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