
En nuestro artículo «En defensa de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado» sorteamos las cuñadeces típicas del izquierdista pre-irónico. Hecho esto podemos pensar en la función misma de la policía, teniendo en cuenta la inminencia de un colapso medioambiental. Para ello, es necesario recordar el planteamiento básico del Ultrarracionalismo:
- La historia de la humanidad conoce un cambio cualitativo cuando comienza la Modernidad. Al llegar los sistemas eléctricos, así como las primeras tecnologías de control centralizadas, emerge la Mesacamilla Politics dentro del proceso más amplio de la modernización del globo terráqueo por parte del Pueblo (1850-1970).
- Después de esta época dorada del capitalismo, especialmente 1947-1973, comienzan los problemas, y al surgir las TICs, y todo lo que ello conlleva, surge la Piscina de Bolas: la Ontología del Valor-Grasa se hace efectiva, el capital financiero se vuelve un actor central en la escena, la Gran Aceleración se intensifica, se automatizan muchos trabajos haciendo que los viejos proletarios se vuelquen en servicios mientras las potencias tercermundistas crecen exponencialmente al convertirse en potencias industriales (aumentando así la cantidad de Grasa global). Todo esto mientras surgen fortalezas tecnológicas y centros de mando globales, comienza el toyotismo, la diversificación de la demanda: causando así la Identidad-Grasa y la posibilidad de MundoBalneario (debido en parte a la explosión del turismo internacional) mientras se produce una dialéctica demográfica brutal entre Viejos-Grasa GerontoCyborg y jóvenes-viejos tirados en cunetas, completamente precarizados (sin trabajo y sin pensiones), y un muy largo etcétera.
- No obstante, los sueños húmedos del capitalismo (libertad y riqueza para todos) no se resquebraja debido a la dialéctica interna del sistema del capitalismo internacional, sino por la dialéctica entre tecnoesfera y naturaleza.
Es en este punto cuando decíamos que:
- Se pierde la agencia colectiva y la posibilidad de toma de mando de la situación, volviéndose el desenvolvimiento del Buromundo y del proceso de autovalorización de la Grasa un movimiento hegeliano totalizante y desenfrenado.
- Comienzan los problemas relacionados con la incapacidad de generar una nueva onda larga del capitalismo ante la falta de energía de calidad. En el periodo inglés esta energía fue el carbón, y durante el siglo americano el petróleo barato. No siendo este, ni mucho menos, el desafío más importante para la civilización, sí lo es para el capitalismo internacional.
- Se hace evidente la necesidad del colapso medioambiental, así como la imposibilidad de revertir este proceso políticamente (dado que económicamente y en virtud del funcionamiento del propio sistema esto sería impensable) Y políticamente tampoco, dado que el propio funcionamiento de la Economía arrastra todas las esferas productivas informacionales generando Grasa intelectual al servicio del Cuñado Pre-irónico de cada Psicogeografía, en nuestro caso, La Meseta (subdivida en más sub-Mesetas, como la Anti-Meseta o la Cripto-Meseta).
- A su vez, la Clase Media y en general, la mentalidad clasemediana, se enfundaba en un Empleo y Gol total, que había subsumido todos los rezares del Sufrir y Rezar dentro de sí mismo, a modo de sonajero y reliquia al servicio de la indexación buromundana o la venta mercantil.
- Los que no podían vivir en Empleo y Gol por carencias materiales, acababan en un Sufrir y Rezar perverso y oscuro, fascista, romántico y pre-moderno.
- La Clase Media, y el clasemediano total, Sujeto Universal de la Piscina de Bolas de Lo Real es pura acción no mediada por el espíritu: dato estadístico, mero ir y venir según el marketing, la nudging theory, el conductismo, las técnicas perfeccionadas por décadas de neurociencia, propaganda y publicidad. La Clase Media es, pese a su apariencia de voluntad, libertad y racionalidad, pura materia a ojos del científico social.
En este contexto surgían muchísimos filántropos y biempensantes que decían ofrecer modos de pensamiento y estilos de vida que pudieran paliar la situación. Entre los más ingenuos encontrábamos a Bill Gates, al que ya criticábamos aquí. Decíamos que el ecosocialista democrático puede creer, embebido por su fe en la humanidad, que la transición hacia su régimen ideal no requerirá los servicios del ejército o de un puñado de tecnócratas y publicistas que usasen Big Data y similares para manipular a los ciudadanos a fin de que consuman menos. Igual pretende que los ciudadanos se den cuenta, por propia voluntad y sin incentivo alguno, que consumir demasiado es malo, y que tener coche u ordenador va contra sus intereses. Pero esto es incienso puro y duro y todos los libros que sostengan tales tesis deben ir a la hoguera de inmediato.

Más bien al contrario, es evidente que el ejército cumplirá un papel central en la transición hacia un gobierno a la altura del colapso medioambiental. Incluso hasta un ecosocialista democrático sabe que reducir el consumo implicaría reducir la producción de Valor-Grasa, además de obligar a reutilizarlo todo, a abandonar la obsolescencia programada, y a no desperdiciar la comida masivamente. Lo cual a su vez implica contraer las economías y abandonar progresivamente el capitalismo, que permite que cualquier idiota pueda soñar con ser el Puto Amo “y llevar una vida de coches potentes, pechos turgentes, champán y nata”. Ahora bien, y como se decía en ese artículo, “la mayoría de la gente no tiene imaginación para desear vidas que no sean Puto-Amo-like”, pues el capitalismo está hecho a la medida de las capacidades clasemedianas, y estos clasemedianos han sido pulidos y perfeccionados desde hace siglos por todas las instituciones imaginables. Y cuando toda esa masa de clasemedianos que vivían bajo Empleo y Gol caigan al Sufrir y Rezar y abracen ideas románticas, premodernas y fascistas mientras no dejan de producirse flujos migratorios de magnitudes desconocidas, la Tierra se convertirá en un solar apto sólo para mutantes.
Mas precisamente la intervención o no del ejército en una lucha total por los recursos más básicos puede paliarse si conseguimos reducir masivamente la propaganda, transformar las ciudades para que no sean extensiones de centros comerciales, y empleamos los programas de televisión y el deporte mientras se retransmite en directo los planes de reestructuración económica, como expresamos en este vídeo. Y esto se puede lograr gracias a todos los técnicos y científicos que de suyo ya saben lavar cerebros para hacer de los tontos insatisfechos personas menos peligrosas.
Sin embargo, esta pedagogía sólo se podrá producir cuando se haya producido ya un colapso, pues antes no habrá ningún incentivo para hacerlo. Al contrario, las Eco-Cosas seguirán siendo commodities al servicio de aquellos países ricos que, al contar con tanto Empleo y Gol, puedan permitirse un poquito de Sufrir y Rezar para calmar sus conciencias intranquilas con las ballenas. Mientras tanto, Noruega, EE. UU. o quien sea seguirá inundando el océano de mangueras enormes de petróleo mientras tira la cantidad de plástico equivalente a media Europa. Y esta pedagogía ya presupone, a diferencia de lo que opina el Biempensante ecosocialista democrático, la supresión de la agencia individual y la autonomía personal, pues estaríamos ante un estado totalitario terrorífico, capaz de gestionar todos los recursos y de confeccionar a estos clasemedianos caídos del futuro en una austeridad brutal.
En todo caso, durante las primeras catástrofes medioambientales, y ante la ruptura de las líneas de suministro claves a nivel global, es evidente lo que sucederá: una vuelta del terrorífico rostro del «y qué hay de lo mío» acompañado por una escasez sin precedentes para los clasemedianos satisfechos y flujos migratorios completamente desbocados de miles de millones de personas. ¿Y acaso una policía humana no entrará en pánico al ver esto, al perderlo todo? ¿Será capaz la humanidad de hacer frente a la necesidad del orden y la racionalización de este proceso con cuerpos de seguridad humanos? No, lo más seguro es que la policía y el ejército, al ser clasemedianos, caigan también con la caída de lo clase mediano en general. Y estos organizarán mafias y traficarán con personas a cambio de víveres y agua. Por ende, es necesario upgradear nuestra seguridad y nuestro ejército de tal manera que nada humano quede en él. Y si se pudiera, incluso, habría que hacer lo mismo con el gobierno, que tendría que ser, en caso de emergencia global, global. Aunque esto último es difícil que pase.