
Recientemente hemos asistido a la polémica sobre la pertinencia o no del uso del hijab por parte de Nora Baños (En Comú Podem) iniciada por la activista Mimunt Hamido en un blog de mala muerte (no es que sea malo, pero tener un blog en 2018 es de persona trasnochada y está a la misma altura que tocar la zanfona o practicar el amor cortés). La posición de Mimunt Hamido se caracteriza principalmente por defender que solo hay un horizonte temático por el cual llevar el hijab; motivos que considera “malos” en función de participar de la noción de “religión”, “reacción”, “machismo”, etc. Por otra parte, ante la posibilidad de llevar el hijab por otros motivos, Hamido viene a decir que se trata, básicamente, de un error, de un retroceso de la izquierda, que ella contrapone a “la religión”, “la reacción” y al “machismo”.
(A) Pre-ironic Hijab: la mujer que lleva el hijab de manera pre-irónica es porque tiene un compromiso ingenuo e infantil tanto con su religión como con la esfera cultural en la que nació. La persona pre-irónica, por definición, no cuestiona aquello que hace, aunque lo defienda con total devoción —sea de manera más o menos consciente—, luego todo aquello que se reelige con el hijab en tanto tradición (una religión, unas costumbres, etc.) se contará como motivo implícito de llevar el hijab.
Puede que “X” persona (alguien que piense diferente de Mimunt Hamido) crea que quien lleva el hijab (en este caso Nora Baños) es tratada injustamente por no tener necesariamente “Z” intenciones o motivos pre-irónicos. No obstante, que alguien no esté incluido en (A) Pre-ironic Hijab no significa que no exista (A) y que pueda servir para clasificar al conjunto de individuos que llevan hijab en función de aquello que siempre estuvo en la teoría de las cuatro formas de la ironía: ingenuidad/cinismo; ignorancia/experiencia. En el caso de la persona pre-ironic, se supone que lleva el velo desde la ingenuidad y la ignorancia. ↓

En este sentido, tiene razón aquel que tache de reduccionista a quien defienda que el velo está mal porque la tradición o la religión están mal, precisamente porque hay más razones por las que la gente lleva hijab. Pero, además, para darle la razón al combatiente hay que aceptar una serie de meta-dogmas, a saber, que la tradición, la religión y el conservadurismo social son intrínsecamente malos, aduciendo que atentan contra los Derechos Humanos, por ejemplo.
¿Es legítima la crítica hacia las razones de un sujeto pre-irónico de llevar velo? Se puede argumentar desde un punto de vista kantiano que quien lleve el velo por este motivo “no ha salido de su auto culpable minoría de edad”, que estamos ante una persona heterónoma, pero al final acabaríamos en la típica paradoja de si podemos obligar a los demás a ser libres según nuestro concepto de libertad, que siempre depende de más meta-dogmas. Además, no es difícil criticar la posición (A) de machista, pues es cierto que la religión y la liberación de la mujer no son dos cosas que se lleven precisamente bien, y por tanto no sería una crítica tan disparatada la de Mimunt Hamido.
Decía en una entrevista a El Confidencial:
La experiencia es personal, pero el hiyab tiene un sentido político clarísimo. Disfrazarlo de moda o de libre elección, incluso de prenda empoderante y feminista es una locura. Muy peligroso para nosotras. Han conseguido a golpe de talonario que las jóvenes musulmanas crean que es una obligación llevar puesto un símbolo identitario y sexista para sentirse parte de algo. Cabe preguntarse en qué nos hemos equivocado para que una chica de 20 años nacida en España crea que tiene que llevar puesto un símbolo patriarcal para que se la distinga de otras, que confunde identidad con ideología y encima se crea que ese símbolo la empodera.
(B) Ironic Hijab: Entiendo por ironic hijab aquella manera burlona de llevarlo, es decir, la manera de llevarlo de la humorista, de la provocadora, de la punki o de la contestataria. En este punto, hay que recordar a los punkis que llevaban esvásticas para subvertirlas o para decir, a la manera de los pesimistas, que “todos somos en el fondo nazis”. No se suelen ver muchas mujeres que lleven el hijab de manera meramente irónica, una de las razones, creo, es que en los países musulmanes no ha fraguado demasiado el espíritu del punk y de los cínicos.
(C) Post-ironic Hijab: Aquí se pudiera hablar de Left Post-ironic Hijab (motivos ideológicos filtrados por el conocimiento y la experiencia) y de lo que voy a llamar Post Ironic Trap Hijab (motivos puramente estético-individuales.)
En los motivos de la Left Post-ironic Hijab encontramos a la izquierda, principalmente por su utilización del velo como reivindicación femenina o cultural. Que la intención de su vestir sea post-ironic se debe a que ya se conoce de antemano que como reivindicación femenina el velo causa cierta polémica al “culpabilizar a la mujer” o “por hacer que ella tenga que cambiarse a sí misma por no cambiar la mentalidad de que ella no es un objeto”, pero aun así se asume y se defiende el hijab. Más allá del tema específico de la mujer encontramos motivos similares, aunque muchas veces yuxtapuestos a los reclamos de cierta clase de feminismo, relacionados con la reivindicación de “la cultura”, “las raíces culturales”, “la identidad cultural”, etc.

Por otro lado tenemos a las Trap Post-ironic Hijab. Estas son análogas a las “punkies” irónicas, pero con un compromiso existencial respecto a la moda y a lo moderno. Su desprecio de la tradición no es consciente o buscado, no es frontal, sino indirecto; pues ellas buscan, en definitiva, “hacer lo que les salga del coño”, “pasarlo bien”, “estar despreocupadas”, etc. Llevan el velo porque sí, porque les gusta cómo queda, y no hay más. En realidad, esta manera de llevar el hijab pudiera ser también irónica, pero la distinción entre las posiciones irónicas es de grado y no meramente cualitativa.

Llegados a este punto, ya podemos entender cuál es el meollo del asunto en los debates sobre el hijab. En tiempos de Al-Nahda (el “Renacimiento” árabe del siglo XIX), se promovió aquello de Tahrīr al-mar’a’ (liberación de la mujer) y se terminó fraguando en Egipto un germen de feminismo árabe en torno a la figura de Huda Sha’arawi —y todo esto se relacionó con el desprenderse del velo—. Si tenemos en cuenta la historia, es común pensar que hasta los años 60-70 fuese moneda corriente ver el hijab como acto pre-irónico y tradicionalista y que los árabes dejaran de llevar trajes tradicionales y vestir como los occidentales. Además, lo tradicionalista se veía como wahabita y como aislado de los procesos políticos de este tiempo, como algo, en definitiva, radical, feudal y viejo. No es hasta la década de los 80, con las políticas de identidad cultural y religiosa en alza y con un creciente anti-sovietismo y antiamericanismo (unido al hecho de que las industrias textiles y el capitalismo tardío comenzaron a instalarse también en el mundo árabe), que la distinción entre pre y post-irónico dejó de ser tan clara.
¿Puede haber defensores de la tradición que lleven el hijab por motivos religiosos o de pura tradición desnuda no conceptualizada desde el aparato filosófico de la Modernidad? Sí, siempre que hayan hecho el camino del compromiso autoconsciente, con un compromiso que se sabe como tal, sin mala fe. De la misma manera que se puede hablar de “izquierdistas progres” pre-irónicos, cuyo entorno ya ha sido el de la progresía ingenua e ignorante, pero esto depende de un contexto mucho más restringido y minoritario, una excentricidad (al menos de momento, aunque no sería raro un futuro en el cual las “nuevas izquierdas” adquieren tintes religiosos, al fin y al cabo, el ser humano es un adicto a la religión).
Por último, ¿hay (D) Meta-ironic Hijab? Sólo se me ocurren dos opciones para llevarlo de manera meta-irónica, a saber: (1) en caso de que te lo tengas que poner para no morir en tu país, aunque tú, mujer concreta, no te creas nada y no quieras llevarlo. (2) Llevarlo para lograr poder o dinero. Por esto mismo, también se me ocurren dos maneras más de ver el velo meta-irónicamente sin llevarlo puesto: la primera tiene que ver con las nobles mentiras, pues la gente necesita creer en cosas y es obligación de los científicos sociales, los teólogos y los políticos el convertirse en auténticas expendedoras de incienso y sonajeros para el Pueblo; la segunda tiene que ver con abrir una nueva línea de ropa con el velo como protagonista, a la manera de Nike, para esa gente Trap Post-ironic que lo requiera para ir a la playa o lo que sea.

En efecto, como he tratado de mostrar, una persona puede llevar el hijab por múltiples motivos (e incluso esa persona puede decir que lo lleva porque sí, porque le apetece y punto). El problema proviene, precisamente, de tomar la parte por el todo, o de detener el tiempo como a uno le convenga y decir que “de siempre, defender “X” cosa ha sido por “Y”, luego defender “X” es defender “Y”.
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4 ideas sobre “Hacia una teoría ultrarracionalista del hijab”
¿Y dejar de llevar un velo no carece de racionalidad de igual manera que llevarlo por «creencias en mitos»? «…la post-irónica sustituye la religión islámica por mitos seculares, muestra creencia comprometida (y en este sentido sigue siendo ingenua)…». ¿No es igual de post-irónico llevarlo por ese motivo que dejar de llevarlo por lo que se argumenta aquí? ¿O no me he enterao de nada?
¿Entonces Nora Baños de qué manera lleva el velo? Pregunta honesta. Porque me da la sensación de que de ninguna. Al menos abiertamente.
¿Mia Khalifa sería meta-ironic pues?
Qué maravilla.