III. LO RARO ES LO BUENO, LO COMÚN ES LO MALO

Lo raro es lo bueno, lo común es lo malo

La imaginación produce libertad. La libertad implica soledad. La soledad es dura.

Por ello:

Aceptamos cierta gregariedad. Aceptamos la pertenencia al grupo como una necesidad básica. Aceptamos la dependencia del prójimo y la existencia de unas reglas que hagan posible esa relación Aceptamos la ocasional lamida anal. Y, por supuesto, exaltamos el trabajo conjunto.

Pero:

No entendemos la subordinación al grupo, la homogeneización y la normalización. No toleramos la fusión obscena de todos los Homo velamine en un solo cuerpo demente, abigarrado, grotesco e inercial, donde Conchi es Chelo, Chelo es Asun, Asun es Ascen y Ascen es Conchi, y todas son María Teresa Campos. ¡Ortodoxia, normalidad, Meme People, alejaos de mí! Porque lo raro es bueno, lo común es malo. Y cuando lo raro se convierte en común por imitación, como naturalmente acontece, hemos de alejarnos de esa fórmula de rareza.

Entonces:

Aquél que se describa a sí mismo en su perfil de Badoo como “normal” no puede tener cabida en un mundo en el que sobran seres humanos. Su mendicidad ante la vida y el potencial de su mente ha de ser tratada en consecuencia y, si no responde al aliento de mejora del Ultrarracionalismo, ha de ser convertido en compost o en soylent verde, y la humanidad y el planeta respirarían un poco más aliviados.

¡Habla, Pueblo, habla!

Nos han condenado a 18 meses de cárcel y 15.000€ por destapar una sucia cloaca.  Lee más y apóyanos » 

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