Gol con mayúscula denota al gol pedestre futbolero, pero también al cigarrillo de marca (fumar tabaco de liar es de perdedores y niñatos guarros), al Audi A3, al viajecito a Cancún, al pelotazo en la costa, al móvil de última generación, a hacerle un bombo a la buenorra del instituto, y a otras muchas participaciones en el espacio Fálico-Ganador que inaugura el rol de Victorioso en toda narrativa competitiva más o menos reglada, ya sea dicha participación directa o meramente observadora.
En este sentido, por ejemplo, uno mete Gol cuando asciende en el trabajo, cuando compra un coche mejor que el del vecino, cuando el Madrid gana la Champions, cuando «hay crecimiento» o cuando en un anuncio dicen que el Español de siempre es alguien entrañable.
Un analista especialmente riguroso nos ha preguntado, no sin cierta inquietud, de qué manera el concepto de Gol podría dar cuenta del hecho del «autogol». Nuestra respuesta a esta objeción se daría en las líneas siguientes.
Precisamente, lo bueno de Gol en tanto que espacio simbólico estructurado a varias capas que se solapan mutuamente, se alternan y se sustituyen, es que Gol asume la posibilidad de autogoles en cualquier conteo implícito orientado a la determinación y subsiguiente celebración de Gol. Esto se debe a que un autogol en una parcela más o menos restringida puede ser cancelado e incluso sobrepasado con creces con goles en otro espacio de Gol, incluso -y con más razón aún- si se trata de un espacio de participación vicaria. Por ejemplo: «es cierto que tu vida es una puta mierda y tú un negado y un necio, pero mira lo bien que lo ha hecho España en el último Olímpico, y en la economía hay brotes verdes».
Hay una relación antagónica entre los dos polos de Empleo y Gol, a saber, la ferocidad de la defensa de Gol en una localidad es inversamente proporcional al éxito de Empleo. De lo cual se sigue lo que ya sabíamos: Gol no es más que un mecanismo de compensación de Sufrir, cual se sigue a falta de Empleo, transmutado al plano de la provisión incondicionada de sensaciones de victoria. La intensidad redoblada de Gol sirve entonces como medio para evitar una recaída de todo este complejo simbólico-biopolítico sobre el más descarnado e inquietante Sufrir y Rezar.






