Lo que el negroleyendismo no supo ver

Los Españoles: el Pueblo Elegido de Dios.
Los Españoles: el Pueblo Elegido de Dios.

Siempre hay que leer a España en clave del filósofo rumano Emil Cioran. Este dijo una vez de nuestro país: «Si Dios fuera un cíclope, España sería su ojo».

Cioran es el máximo escrutador del espíritu español, que es el del fracaso, desde una imparcialidad sólo quebrantada por su natural perplejidad y amor por la nada. Pueblo elegido por el único Dios verdadero, España es el país que tuvo una oportunidad insólita, aquella de erigirse en el mayor imperio de la historia después de haber partido desde la más absoluta nada.

Pero esta nada crepitaba en su interior, indomable; pedía paso, y acabó fraguando como amor por la muerte ya desde muy pronto.

Preterfuturo: Carlos V The Qualified junto a España: la Premonición.
Preterfuturo: Carlos V The Qualified junto a España: la Premonición.

España tomó en sus manos la más magna oportunidad dable a un pueblo, y la dilapidó con las peores artes: se entregó al derroche, a la guerra, al fasto, a la suntuosidad mística, a la creación de camarillas impotentes, misántropas y reaccionarias. Sumida en la decadencia desde hace cuatro siglos, casi desde su alumbramiento como nación, España es decadente por naturaleza, y hasta se puede decir que creó la decadencia como concepto. La decadencia ha sido el regalo de España a la historia de la cultura.

Decadencia española: el cumplimiento.
Decadencia española: el cumplimiento.

Y creedme: es éste un regalo que ha preformado a Europa y América a partes iguales. En los dos últimos siglos, estos continentes ahogaron su promesa de progreso bajo el espíritu de la decadencia española, transformando su idea en la más rabiosa realidad. Sin embargo, la apuesta norteamericana y europea por el cumplimiento de la decadencia absoluta, que es la total y más espectacular disolución, falsea por completo la lógica genuina de una decadencia siempre viva, por no decir que entra en conflicto con teorías bien establecidas de la ciencia actual. Puesto que el concepto de decadencia, entendida como latencia y evolución incontenible, es nuestro legado a la humanidad y a la historia, estamos obligados a defender la pureza originaria de este concepto. Esta es una cuestión de compromiso y responsabilidad de España para con la Historia.

Ya desde un principio, en efecto, los gobernantes y gentileshombres de España habían comprendido que cualquier aparato de dominio merece el derroche de la hacienda pública, en especial si es manifiestamente inútil o violento; ya que, siquiera de vez en cuando, es preciso que estos gaznápiros recuerden en qué consiste el orden, el respeto, la vida buena, la civilización. Pues bien, tanto más importante es este cuidado de la civilización decadente en los tiempos actuales, cuando nuestras tradiciones están caducas y desvitalizadas a causa de la FIFA, las comunicaciones modernas y las comidas gratis de IKEA. Frente al concepto de decadencia finalista del mundo global, en Homo Velamine defendemos la superación del negroleyendismo, y la actualización ultrarracional de nuestras tradiciones en pos de una decadencia no-teleológica y siempre abierta a mutaciones y nuevas perfectibilidades. Fragmentarias y moribundas en la actualidad, ayer nuestras tradiciones fueron iluminadoras y creadoras del espíritu mismo de la decadencia, un espíritu que no conoce cumplimiento, y sí sucesivos autodesarrollos cada día más preclaros y asombrosos, en un devenir inagotable y extático al que las almas de bien no pueden sino entregarse.

Tal es la munificencia del espíritu de la decadencia genuinamente español.

La actualización ultrarracional, de este modo, mantiene a la decadencia no ya al paso de los tiempos, sino en la misma vanguardia del tiempo, como terror y apasionamiento por el paso del tiempo como tal. La actualización ultrarracional debe por ello ser una reunificación en torno a símbolos de un calado cada vez más amplio, capaces de efectuar tránsitos eficaces e instantáneos entre el reino de lo eterno y el de lo corruptible, entre lo Uno y los muchos. En fechas recientes ya ejemplicamos estos preceptos al haceros partícipes de la actualización ultrarracional de la Virgen del Carmen y el Niño Jesús en Santa María Teresa Campos y el Niño del Gol.

 

Los aledaños del Ramón Sánchez Pizjuán. De izquierda a derecha: Frente Biris Norte, Monchi y José María del Nido.
En una imagen de evidente raigambre ultrarracional, el Frente Biris Norte escolta a Monchi y José María del Nido en su paseo dominical por los aledaños del Ramón Sánchez Pizjuán.

 

La actualización ultrarracional responde a una necesidad objetiva de los pueblos contemporáneos, a saber: que el sentimiento de tribu no puede perderse, ni en sí mismo, ni en su relación con los órganos del dominio. En este sentido, sólo una estrategia puede ahuyentar los peligros de la disolución, que es la vana confianza en que la decadencia alcanza término, o un final cumplimiento. Dicha estrategia pasa por el rechazo íntegro del negroleyendismo y la reivindicación de un espíritu de decadencia constantemente actualizable, y por ello superior. La restitución del Imperio Español y de la Gracia de Dios pasa por el rechazo incondicionado del falso izquierdismo migrante del capitalismo friendly, y la exaltación de su opuesto autoritario, el impenitente espíritu de la decadencia española.

Un ejemplo ilustrará soberbiamente la lógica implacable y regenerativa a la que nos fiamos. No tiene el menor sentido eliminar la figura de un Rey o un Ministro en las entregas de premios, para que Paco el del kiosco sea quien le dé palmaditas en la espalda a Nadal y le cuelgue medallas a Iniesta; quien dé las palmaditas correspondientes debe estar investido de poder, y recibir, a los ojos del espectador, ese poder que la palmadita en la espalda de Nadal representa (como poder sobre Nadal, nuestro héroe). La eliminación de seres superiores y conexiones simbólico-afectivas que determinen las conductas de la manada, constituiría un peligro que no nos podemos permitir. Además, supone un desperdicio de eficiencia simbólica: es preciso explotar los órganos del dominio con extrema sutileza y total rapacidad. Para entender lo que podríamos perder, no tenemos más que hacernos conscientes de lo que ya hemos perdido. Así, del Rey a Florentino no hay más que un par de saltos, y de Florentino a Bale, unos milloncejos; mientras que de Bale a tus genitales, no hay casi nada. Pero preguntémonos si no es indignante que Bale ocupe el lugar que debería ocupar Cristo. España está perdida sobre todo por su naufragio simbólico. En breve, nos veremos obligados a regalar Cruzcampo y montaditos en la eucaristía para poder seguir siendo monárquicos en serio. Y los sermones, acaso debiera darlos Vicente del Bosque desde una tele de plasma colocada en el púlpito. Nadie sería capaz de infringir la Sagrada Lista de los 23 Convocados, verdadero último cartucho del régimen del 78. Tal es el rebajamiento de la decadencia española en la actualidad.

El Señor del Prendi se somete a la prueba del Tac.
El Señor del Prendi se somete a la prueba del Tac.

Nuestro espíritu neomedieval y antidisolutorio, doble y hasta cuádruplemente decadente, no ha sido comprendido por la mayoría de los hombres, o lo ha sido sólo muy imperfectamente, con la única excepción de nuestros colegas orientales del califato de ISIS. En efecto, muy pocos son conscientes de las posibilidades latentes en esta estrategia. Así, la recuperación de los vínculos afectivos entre los hombres, vínculos que son divinos en Dios, admite todo tipo de modificaciones para conservar tales afectos en su pureza virginal. Las fuerzas del progreso, que mercachifles y charlatanes robaron a la ciencia y la tecnología, deben también ser recuperadas a nuestro muy sagrado proyecto. Muy pronto, el dedo meñique embalsamado de San Bartolo podrá ser empleado para reconstruir su imagen en un robot serie, que reza por ti mientras tú lees informes bursátiles. Nadal derrota a un rival para luego descubrir que, en realidad, éste era un robot. ¿Cómo pudo ser? Es que estoy de Ramadán, dice el robot. Los aficionados se compadecen y se emocionan: hay que respetarlo. Tests de Turing, polígrafos y Paz Padilla.

Te conocemos, Homo Velamine. Con tu culo en el sofá, esperas el advenimiento del Gran Líder. El Gran Líder es la confluencia abstracta de tus microfascismos activos, y tus aún mucho más numerosos microfascismos reprimidos. Naturalmente, todo Gran Líder necesita un Rostro para manifestarse. Sin embargo, y de la misma manera que cualquier sustrato físico puede ser la sede de una máquina de Turing, cualquier cosa puede sernos útil para instanciar el Rostro del dominio: un campeón de fútbol, un señor con chaqueta, un crucificado, un ojo, una pirámide e incluso una estructura de yogures, lápices y sartenes apropiadamente ordenada, etcétera. El ultrarracionalismo militante sigue rigurosamente la lógica estructuralista, la cual aplica a la regeneración del dominio. En el horizonte, brilla como una guía la estrella de la más perfecta -y por ello inalcanzable- decadencia.

Se acerca la unión carcúndica de fantasía con fundaciones de ensueño patrocinadas por hidalgos con Audi, donde mandatarios que una vez fuesen constitucionalistas de ocasión olvidan sus viejas rencillas para conformar un plantel de lujo bajo el auspicio de eslóganes como Save Spanish Democracy. Cuando suene la corneta, todos acudirán con la corbata masticada y las bragas por las rodillas. Faltarán el Último Guerrero, tristemente fallecido hace poco, el Cardenal Torquemada, y poco más. Pero este desaguisado se arregla con un crucifijo, una banderita y un sorteo de los cinco volúmenes de Historia del Real Madrid, y como si nada. La iniciativa ya cuenta con el beneplácito de Lina Morgan y del físico estadounidense y ateo profesional Neil deGrasse Tyson, vástagos conceptuales del hombre más sabio del mundo. A poco tardar, descubriréis lo que para nosotros es obvio desde hace demasiado: que todas las SICAV de España están domiciliadas en una cripta de Segovia, y puestas al nombre del Cid Campeador.

Greco Inda, llamado a conducir al pueblo español a nuevos y más fenomenales plateaus de decadencia.
Greco Inda, llamado a conducir al pueblo español a nuevos y más fenomenales plateaus de decadencia.

Mas si queremos que este maravilloso elenco alcance algún día el lugar que le corresponde en el empíreo de la Historia, es necesario dar un paso más, y elegir dentre nuestros próceres a un solo hombre que se alce con el poder omnímodo sobre los ejércitos de la decadencia. Ese hombre no puede ser otro que el Greco Inda. Por ello, Homo Velamine defiende su proclamación como Behemoth oficial del Estado, con poderes sobre cualquier gobierno accidental y prerrogativas sólo inferiores a las del esqueleto del ya mentado Rodrigo Díaz de Vivar. Dentro de un siglo, todos los actos públicos deberán realizarse en presencia de la unidad de criogenización que preserve su gélido cuerpo, estampada con agnusdéis del Madrid de la undécima y bañada en chocolate traído desde Flandes para esta especial ocasión.

¡Habla, Pueblo, habla!

Nos han condenado a 18 meses de cárcel y 15.000€ por destapar una sucia cloaca.  Lee más y apóyanos » 

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