‘Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Madrid‘ es un garbeo semanal que parte cada martes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuamos con él, cantamos a favor de la labadora, etc.
Después de varias semanas en las que nos dejamos caer felizmente por el tobogán de la línea 3 hacia las profundidades de Villaverde, esta semana al equipo de mejora urbanística de Homo Velamine nos tocaba iniciar el recorrido de la línea 4 (la marrón, para los que sois de provincias).
Como Pinar de Chamartín, la cabecera, ya fue garbeada durante el recorrido de la línea 1, este martes hemos empezado a explorar el distrito de Hortaleza por la estación de Manoteras. Hemos cambiado de zona geográfica, del sur al noreste de la capital, y eso se nota. Lo primero en lo que nos fijamos es en la rica flora que hay en el barrio.





También tenemos la oportunidad de admirar la fauna salvaje de Manoteras.



Ya en la zona más urbana, los vecinos han intentado controlar de alguna manera la exuberante vegetación, cercando enormes zonas verdes a las que no parece que se pueda acceder de ninguna manera.

También apreciamos una desproporcionada cantidad de peluquerías, teniendo en cuenta el reducido número de locales comerciales.

Además de muchas peluquerías, también vemos muchos coches.

Pero una ausencia total de niños.

Como estudiosas del lenguaje que somos, no podemos evitar fijarnos en los mensajes que los vecinos comparten usando el espacio urbano como superficie textual.






El barrio de Manoteras también es célebre por su arquitectura, que aúna diversos estilos y épocas con delicioso eclecticismo. Manoteras ofrece vistas privilegiadas de algunos conocidos edificios que perfilan el skyline de Madrid.


Pero lo que más disfrutamos es visitar algunas de las menos conocidas joyas arquitectónicas del barrio que sólo quien se desplace hasta aquí podrá ver.






Pero sin duda lo más significativo del recorrido de esta semana fue nuestro encuentro con Puyol el tiburón, un simpático escualo que rescatamos de su triste vida flotando en una fuente pública, y que de inmediato se hizo un hueco en nuestros corazones y en la plantilla de los garbeos ultrarracionales por la ciudad de Madrid.


Ya en el bar, listas para proponer mejoras ultrarracionales del barrio, hacemos el último descubrimiento de la noche: si en Villaverde aprendimos que los locales llaman Braviolis a las patatas que combinan salsa brava y alioli, descubrimos que aquí a esta delicia culinaria se la conoce con el nombre de Patatas Dúo.

He aquí nuestras propuestas:
- No es difícil adivinar que la primera, por unanimidad, es declarar Manoteras Parque Nacional.
- Considerando el exceso de vehículos, el escaso espacio para estacionarlos, y las hectáreas de césped cercado y malgastado, proponemos convertir los parterres de la zona en aparcamiento.


- Proponemos crear una ruta turística por los edificios y monumentos más emblemáticos del barrio.

- Consideramos muy necesario contratar niños para llenar los parques.

- Y por último, nos gustaría proponer que en el Ahorramás de Manoteras, en la sección de picoteo, la transición entre aperitivos tradicionales y hipstersnacks sea más suave.

Sin duda ha sido un prometedor comienzo para la exploración de la línea 4. Siga la crónica de nuestras aventuras la semana que viene en nuestro garbeo por la parada de Hortaleza (o véngase con nosotras).
