Medios, jueces y abogadas coinciden: el tour de la Manada fue imprescindible

El caso Homo Velamine o del tour de La Manada es tan controvertido como silenciado: se trata de un tema escandaloso, pero que pone en evidencia los mecanismos emocionales con los que los grandes medios de comunicación hacen caja. Ha llevado a una condena de 18 meses de cárcel en un proceso judicial cuyo coste económico asciende a 40.000 euros y supone un grave menoscabo de la libertad de expresión, pero del que apenas se habla públicamente porque todo el mundo tiene algo que esconder.

Pero, paradójicamente, cuanto más desconocido es o más rechazo causa más pertinente se vuelve. Y, de hecho, sus tres mayores acusadores son precisamente quienes prueban su pertinencia:

1) Medios de comunicación

El falso tour era una crítica al tratamiento mediático de sucesos trágicos, y cómo este no deja a las víctimas en paz por su necesidad de contenido rápido y barato para ganar cuotas de audiencia facilonas a costa del morbo. El fake resulta desagradable precisamente porque es un cebo que se alimenta de eso mismo. Y, efectivamente, fue difundido en masa por los medios tildándolo de indignante. Cuando en medio de ese boom mediático la web mutó para recoger cómo esos mismos medios habían hecho lo mismo durante meses, sus calificativos sobre el falso tour se convirteron en un espejo de sus propias prácticas. Una hermosa contradicción con la que los propios medios prueban la pertinencia de la acción.

2) Acusación

Seis meses después la abogada de la víctima de La Manada interpune su denuncia. Trata el falso tour como real a pesar de que la web que lo anunciaba aclara ya que se trata de un fake. En su escrito de acusación sostiene que la expectación mediática surgida de este proceso agrava la situación de su defendida. Es decir, precisamente lo que denunciaba la acción original, luego la propia acusación prueba su pertinencia.

3) Tribunales

Según Yolanda Rueda, coordinadora de la Comisión Penal de Juezas y Jueces para la Democracia, la condena al falso tour «convierte en penalmente típicos todos los programas televisivos de sucesos que recrean simuladamente hechos delictivos». Luego el Tribunal Supremo, al condenar el fake, vuelve a probar la pertinencia de la premisa original, y abre la puerta a denunciar en masa a todos los medios de comunicación.

Es decir, los medios de comunicación, la acusación y los tribunales coinciden en que el tour de La Manada fue imprescindible, pero que es un tema que aborda algunos de los problemas más inmediatos de nuesta época (tribalidad, dogma, desinformación, punitivismo…) por lo que es mejor no tocarlo porque se les cae el chiringuito.

En fin, quien acepte la persecución judicial y la condena, acepta implícitamente que la acción era pertinente. Una de esas contradicciones que tanto nos gustan, por lo que hay una cuarta entidad que opina que el tour de La Manada era imprescindible: nosotras mismas. : )


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