La Subastada es una tertulia ultrarracional que se celebra una vez al mes en Barcelona y Madrid. Abordamos los problemas clasemedianos más comunes y avanzamos el pensamiento ultrarracional. Todo el mundo es bienvenido, varones blancos heterosexuales incluidos. Vea aquí las próximas citas.

El día, 8 de marzo, algunas integrantes del Comando Barcelona decidimos salir a la calle y arrimarnos a la manifestación feminista. Sin embargo, otras pasaron de preliminares y, seducidas por el calor del Atlanta, empezaron a empinar el codo onanísticamente para, finalmente, recostarse juntas en el harén de Paqui y correrse unas buenas cervezas, endiosando a Arrimadas y tragando olivas con cebolletas.
Empotradas entre dos partidas de remigio, un entrañable jubilado de nombre M. Sallent se interesó por nuestro ágape, y en particular por una pegatina con el lema «CUATRO RUEDAS SÍ, DOS PIERNAS NO». Nada más confirmar verbalmente que había calado el mensaje, incitó a varias de nuestras compañeras a tocarle la pierna derecha, que sorprendentemente resultó ser una prótesis de gomaespuma a partir de la rodilla.
El Sr. Sallent, afectuoso esciápodo, percibió en nuestras caras una acrotomofilia desbocada y procedió a contarnos los detalles más escabrosos del accidente y sus vicisitudes: le cortaron la pierna a los cuatro años, “con el hijoputa de Franco”, por un atropello de tranvía. A todas luces tuvo un desenlace más dichoso que el del harapiento Gaudí; sin embargo, aún tiene grabadas las lacerantes palabras del médico a su padre: “El tranvía pasa por la vía. Ya se puede ir”.

Se fue, y afortunadamente estudió y trabajó toda su vida en una oficina, sin cobrar nunca paguita. El Sr. Sallent, lacito amarillo en su torso, concluyó su historia con las siguientes palabras, señalando lo importante con el dedo: “Y doy gracias a que me dejó mis partes útiles para tener dos preciosos hijos”.
Ante semejante poema épico, las integrantes del Comando Barcelona Walkiria Mantini ―hija de Úrsula Wagner―, Ludmila Kalinina, Matilde Malinovich y Dolly Van Doll, callaron y reflexionaron largo y tendido. Finalmente, desde el silencio de las pasiones acordaron que la contradicción nos hace polivalentes y diplomáticas, y decidieron dilatar el lema: CUATRO RUEDAS SÍ, DOS PIERNAS NO, UNA PIERNA ―o una scooter eléctrica como la de nuestro amigo, si es necesario―. ¡Más tráfico!
A continuación, la sesión vino marcada por dos cuestiones: por un lado, atendimos nerviosas el seguimiento en streaming de nuestras compañeras en Madrid con el noble acto «VIVA ESPAÑA FEMINISTA»; y por otro, procedimos a la definición de los futuros garbeos que se darán cita en la Ciudad Condal.