La radio es unidireccional, cuando debería ser bidireccional. Es solamente un aparato de distribución. Aquí doy una propuesta positiva: hacer que este aparato sea de comunicación en lugar de de distribución. La radio sería una extensa red de tuberías, de manera que el oyente pudiese hablar, haciéndolo parte de una relación en lugar de aislarlo.
La construcción de situaciones comienza tras la destrucción moderna de la noción de espectáculo. Es fácil ver hasta qué punto el principio mismo del espectáculo está ligado a la alienación del viejo mundo: la no-intervención. La función del 'público' pasivo ha de disminuir siempre, mientras que la parte de quienes actúen ha de aumentar.
La Tercera Guerra Mundial será una guerra de guerrillas de la información sin distinción entre población civil y militar.
Proponemos adquirir los derechos para duplicar digitalmente y almacenar LO MEJOR del catálogo de cada compañía de discos en una localización central de procesamiento, y hacerlo accesible por teléfono o televisión por cable.
La pregunta del culture jammer es, como siempre: ¿quién tendrá acceso a esta abundancia de información, y en qué términos? ¿Las superautopistas de la información harán el conocimiento accesible universalmente, como en las bibliotecas públicas, o simplemente facilitarán el bombardeo psicológico designado para ablandar las defensas del consumidor? ¿Las noticias serán sustituidas por programas locales, con sus cándidas historias de cachorros rescatados e impactantes historias de caos sinsentido, pegadas entre sí con cotorreo insípido? ¿O los grandes medios de comunicación darán paso a innumerables canales de noticias, cada uno de los cuales es un conducto de información sobre eventos globales, nacionales y locales? ¿Podrán los teleperiodistas ciberpunk, equipados con una Super 8, escaners y un PC, piratear emisiones legítimas? ¿O, en una situación de infinito ancho de banda e innumerables canales, simplemente tendrán su propio espacio?La esperanza es eterna, incluso en el ciberespacio. Los jammers se animan ante la promesa de un nuevo paradigma mediático -interactivo en lugar de pasivo, nómada y atomizado en lugar de estático y centralizado, igualitario en lugar de elitista. (...) Este medio nos brinda la posibilidad (aunque sea ilusoria) de que podemos construir un mundo no mediado por autoridades y expertos. Los roles de lector, escritor y crítico son tan rápidamente intercambiables que se hacen cada vez más irrelevantes en una comunidad de co-creación. (...) La saturación actual de herramientas relativamente baratas de comunicación tiene un potencial tremendo de destruir el monopolio de ideas en las que hemos vivido durante tanto tiempo. Podemos ver un futuro en el que cada persona tiene un nódulo en la red. Todas las personas podrán publicar. Es mejor que los medios que tenemos ahora.
Desde un punto de vista optimista creemos que la erosión del gatekeeping de élite y la aparición de múltiples ejes de información brindan nuevas oportunidades a la ciudadanía para desafiar el control político por parte de las élites. Desde un punto de vista pesimista somos escépticos de las habilidades de los ciudadanos corrientes para hacer uso de esas oportunidades. Esos múltiples ejes de poder pueden estar aún moldeados por formas más elementales de poder político y económico.