Esta semana la prensa ha publicado un nuevo artículo que aborda el Tour de La Manada. Habla de la que califica como «jauría virtual»: siete personas que han sido acusadas o condenadas por la chica de San Fermín. Se trata de una pieza periodística muy interesante porque pone en evidencia cómo funciona la desinformación en los medios de comunicación pretendidamente serios.

Nota: El caso del Tour de La Manada es uno de los mayores atentados jurídicos contra la libertad de expresión en España en los últimos años. Homo Velamine ha sido condenado a prisión y cuantiosas indemnizaciones, sin embargo ha pasado desapercibido porque desvela las malas prácticas de los medios de comunicación. Si no conoces el caso puedes ver un resumen aquí.
El presente texto amplía los análisis sobre desinformación que hemos hecho anteriormente y que puedes consultar aquí.
El artículo ha sido publicado inicialmente en El Periódico, y otras cabeceras lo han reproducido después, entre ellas Sport, Público y varias regionales. Lo firma Vanesa Lozano con información de la abogada de la denunciante, Teresa Hermida. Ambas han colaborado en múltiples piezas anteriores de temática similar, de las que ya analizamos una específica del caso del Tour, reproducida en papel a toda página (salvando un espacio para publicidad) en El Periódico.
Esta última colaboración entre Hermida y Lozano anuncia en el subtítulo que «la joven ha conseguido llevar ante el juez a siete individuos de la ‘jauría virtual’ que publicó en internet su nombre, su DNI y una foto». A pesar de este potente anuncio, no todos esos «siete individuos» han publicado sus datos personales. Tampoco todos son hombres, ya que el artículo da cuenta también de dos mujeres. A lo largo del texto les vamos conociendo: ultraderechistas, drogadictos, seguidores de la Legión… y un tipo que quería sacar pasta vendiendo calcomanías (¡nosotras! xd).
Por otra parte, las palabras jauría, individuos y violar frente a joven, víctima y conseguir que aparecen en titular y subtítulo establecen un relato y una predisposición en un lector que no conozca inicialmente nada del tema. Se trata de una potente subjetividad justificada: son realmente unos tipos asquerosos, han obrado muy mal, merecen esos calificativos, etc. El problema es que uno de los casos que el artículo incluye dentro de la «jauría digital» es el del Tour de la Manada, que conocemos bien por ser el nuestro, y ahí podemos contrastar cómo la articulista usa la desinformación para apuntalar esa subjetividad.
Como en otras ocasiones, sobre el Tour solo ofrece datos parciales y sin contexto: se limita a reproducir extractos de la web original y mencionar la condena de 18 meses de cárcel. La periodista falta a tres de las cinco W del periodismo, el qué, el quién y el por qué, dejando desinformada a cualquier persona que lo lea, y sin embargo con la falsa sensación de que sabe. De los citados en el artículo, el caso del Tour es el único que conocemos a fondo y lo encontramos intencionadamente mal tratado. ¿Por qué hemos de confiar que la información que ofrece de los demás?
La periodista menciona al principio del artículo la repercusión psicológica sobre la denunciante. Afirma que todas las personas acusadas hemos formado «una verdadera manada virtual, que obligó a la chica ‘a someterse a tratamiento psicológico, a abandonar sus estudios universitarios e incluso a marcharse a vivir al extranjero'». De ello se acusó a Homo Velamine penalmente, sin embargo en el juicio no declararó una terapeuta, sino una médica sin ninguna relación con la psicología. (En ese momento asumimos de buena fe que era psicóloga, solo descubrimos el engaño tiempo después). Esta falsa terapeuta sostiene que aconsejó a la denunciante a acudir a un psiquiatra, aunque no sabe si finalmente fue. Es decir, ni siquiera en el juicio se afirma que tuviera atención psicológica. Por otra parte, la falsa terapeuta en su declaración confunde interesadamente las consecuencias derivadas de los hechos de San Fermín con la publicación de la web, admitiendo más adelante que la chica se fue del país antes de la publicación de la web. Confiamos en las palabras de la denunciante, pero no es cierto que haya recibido tratamiento psicológico, como sostiene el artículo, al menos en nuestro caso.
Recordemos que en nuestro juicio la abogada acusadora, quien filtra la información de este artículo, ha ganado un total de 11.500 euros para sí en concepto de costas. (Hemos recurrido esa cantidad por contener excesos, la info puede leerse aquí.) Si pidiera una cantidad similar en cada uno de las otras siete denuncias, estaríamos hablando de alrededor de 70.000 euros de dinero fácil: incluso en nuestro caso ha ganado contra todo pronóstico, siendo una denuncia abiertamente falsa contra un bien jurídico tan protegido como la libertad de expresión. Hemos de recordar que, al mismo tiempo que abre estos casos y acude a programas como el de Ana Rosa mostrándose compungida por las violaciones, la abogada defiende judicialmente a hombres condenados por violencia contra las mujeres (ver las notas al pie aquí) . Como feministas solo podemos tratarla como una farisea que parasita una causa noble para su enriquecimiento personal, poniendo en jaque derechos fundamentales en el proceso.

Resultado: clima de crispación
La recepción del artículo, como es de esperar, es mayormente de odio. Es un ejemplo más del desprecio de los medios de comunicación a su responsabilidad con la información veraz y mesurada. Eligen en su lugar sensacionalismo y desinformación, obedeciendo a su necesidad como empresas de generar contenido rápido, barato y fácil que consiga visitas para vender publicidad. Eso es precisamente lo que pretendía denunciar el Tour, y así se aclara en el desmentido. Este ataque sistemático a la verdad erosiona la confianza de los ciudadanos entre sí, resquebraja el contrato social y genera un clima de crispación.
Afortunadamente esta exasperación no suele trascender de las redes sociales a las relaciones personales directas. Por ello no le daríamos mayor importancia si no fuera porque tiene graves consecuencias reales, como condenas, cancelaciones, despidos y leyes antijurídicas. La vieja técnica del poder: el miedo y la inseguridad dan vía libre para limitar los derechos ciudadanos.

Como siempre, nos encontramos con un muro mediático que establece qué es verdad y no y que es muy difícil de traspasar. En este sentido es interesante el caso de un usuario de Twitter que advierte que la web del Tour de La Manada sigue activa e invita a visitarla para conocer el trasfondo del caso. Un par de personas responden pidiendo a la policía que actúe contra «un delito continuado». xd

Por otra parte, a lo largo de todo el proceso judicial hemos comprobado cómo muchas personas y colectivos que se dicen revolucionarios se alegran de la condena al Tour. Sería interesante analizar en detalle cómo los cuatro poderes se han inspirado en el sentimentalismo de las novelas rosas para conseguir que los entes revolucionarios y libertarios les apoyen en su peor cara: justificando la represión y el menoscabo de derechos fundamentales y creyendo voluntariosamente la desinformación difundida por los medios capitalistas.
El artículo en cuestión nos brinda este magnífico ejemplo. Efectivamente, nos hemos leído La sociedad del espectáculo, pero no recordamos que incluya la frase «La revolución será en La Sexta o no será» xd
En cualquier caso ojo, no todo es malo, y aquí y allí salen personas a advertir de este error. Entre ellas, en este caso nos gustaría mencionar a Cuca Casado, Jimina Sabadú y Nacho Vigalondo. Gracias <3
