‘Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Madrid‘ es un garbeo semanal que parte cada martes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuamos con él, cantamos a favor de la labadora, etc.
Nos aproximamos al final de nuestro trayecto por la linea 4 en nuestro imparable avance desde el norte hacia el centro de la ciudad. En esta ocasión era el turno de la estación de Avenida de la Paz, que cuenta con dos salidas, una a cada lado de la M-30. Nosotras salimos por la exterior y cruzamos el puente en dirección a la Almendra Central, deleitándonos con el paisaje que se extiende ante nuestros ojos.

Al otro lado nos encontramos con un bonito parque, donde se halla la segunda boca de metro. Desde aquí se puede ver en todo su esplendor a los coches circular, lo que nos lleva a pensar que puede ser un buen punto para establecer un concesionario-mirador desde el que se pueda comprobar in situ como luce nuestro vehículo en medio de un atasco.



La arquitectura de la zona parece bastante sobria y aburrida…
… pero avanzamos unos metros y vamos a parar al barrio de Hispanoamérica, con sus arbolitos y sus frondosas calles.
Del mismo modo que las conquistadoras españolas encontraron nuevas variedades de vegetales desconocidas en Europa, como patatas o tomates, nosotras descubrimos una amplia gama de árboles cuyos frutos son verdaderamente sorprendentes.


Una barrera de hormigón protege a los vecinos del barrio de las vistas y el sonido de los coches que circulan por la M-30, pero nada les protege del nauseabundo olor que emana del punto limpio del Distrito de Chamartín, contiguo a algunas de las viviendas de la zona.
Proseguimos sin dilación nuestro garbeo para librarnos de semejante tufo y llegamos a una rotonda desde la que avistamos una sucursal de ING muy cuqui que nos hace plantearnos cambiar de banco inmediatamente, un fastuoso polideportivo con muchas pistas de tenis, un inmenso edificio que resulta ser la sede de la agencia de seguros ESPAÑA S. A. y otro puente sobre la autopista.
Y como ya habréis adivinado, nos dirigimos hacia el puente.
Desde aquí volvemos a contemplar extasiados esa mastodóntica jungla de asfalto que es Madrid:





Es dificil conseguir que el lector capte lo sobrecogedor del momento, la sensación de pequeñez que le embarga a uno ante la inmensidad de lo contemplado. Uno ha de estar allí para sentirlo.

Nuestro paseo toca ya a su fin, pero aún nos aguarda un sorprendente descubrimiento. En esta época en la que el reciclaje es casi un imperativo moral, y es más necesario que nunca darle más de un uso a nuestros objetos, no podemos más que maravillarnos cuando descubrimos este parking cuya fachada ha sido construida con viejos guardarrailes.


Después de esto, solo nos queda aprovechar que ya se ha hecho de noche, y admirar las luces de la gran ciudad.
La única propuesta que podemos hacer es recomendar a todo el mundo que algún día en el que no tengan gran cosa que hacer se acerquen a los aledaños de la M-30 para disfrutar de una experiencia inolvidable.

Una idea sobre “Propuestas para una mejora ultrarracional de Avenida de la Paz”
Jardín de Miguel Ángel Blanco.
Por cierto, gracias por este paseo. Me pirra!