Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Barcelona es un garbeo semanal que parte cada viernes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y realizar una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuámos con él, cantamos a favor de la labadora, etc. Consulte aquí los próximos destinos.
Se celebran 10 años de la renovación de la estación de Mercat Nou, en el distrito de Sants- Montjuïc. Allí nos reunimos los componentes del Comando Barcelona para explorar sin rumbo los alrededores de este enclave a medio camino entre los barrios de Badal, La Bordeta y Sants.
Nuestra deriva se inicia recorriendo la calle Riera de Tena, que nos da la bienvenida ondeando sus toldos verdes al viento. Allí mismo, en el cruce con el Carrer d’Andalusia, encontramos a Juanita, la orgullosa propietaria de la Tocinería La Salmantina. Juanita nos desvela que en realidad ella no es de Salamanca, ni ha estado nunca ni conoce a nadie de allí. De hecho, ella es de Lleida.

Las calles están prácticamente desiertas. El Pueblo se refugia del frío en sus casas frente al calor del televisor de pantalla plana o su lavadora. Pero no perdemos la esperanza y seguimos recorriendo las calles del barrio.
Encontramos un reducto de actividad y vida popular en la Plaza Súria, que alberga 4 bares, una cerrajería, una mezquita y el local de la comisión de fiestas de la misma plaza, regentado por dos niñas pequeñas.


Éstas nos invitan amablemente a entrar y a comprar un cartón para el bingo que
celebran todos los miércoles y viernes en la comissió. No podemos negarnos a tan tentadora oferta y adquirimos cada uno un cartón, no sin antes presentarnos a la gerontocracia local, que, aunque reticente al principio, nos acoge con los brazos abiertos al ver que vamos a jugar y que el bote aumenta considerablemente.
Las niñas son las encargadas de gestionar el bingo. Nos dan los cartones, recogen el dinero y nos indican dónde sentarnos. MariCruz, una de las jugadoras asiduas nos comenta a viva voz que “Aquí hacienda no se lleva ná, no preocuparse”. Todos reímos excepto María Jesús Montero, que se retuerce en la distancia y en el tiempo.
Al poco de empezar, Joseluis, una de las miembras destacadas del comando, ya ha cantado línea. Pepi, experta jugadora, le ha enseñado la técnica de pasear el cartón (que se basa principalmente en deslizar el cartón por la mesa usando el dedo índice).

Confiamos en la infalibilidad de dicha técnica, ya que finalmente Pepi se hace con el tan deseado bote cantando bingo. Aplausos y enhorabuenas. Deportividad ante todo.
Nos despedimos y reanudamos el garbeo. Recorremos más calles desiertas y encontramos alguna que otra perla como los “pisos colmena” o el “Smart Room” del barrio, que según nos indica Manolo, no es un Escape Room para listos.
Él suele alojarse ahí cuando viene a Barcelona, porque tiene muy buenos precios y porque es murciano, “si no fuera de Murcia y viviera en Barcelona pues no me hospedaría aquí”, aclara. Píldoras de saber popular que interiorizamos en respetuoso silencio.


Visitamos el centro católico de Sants de forma no irónica. El catolicismo forma parte del Pueblo tanto como los torreznos o el chalet de Pablo Iglesias. Paseamos también por el espacio comunitario autogestionado de Can Batlló, antiguo recinto industrial que acogía la Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón allá por el año 1880. Tras su ocupación en 2011, el recinto disfruta de mucha actividad popular acompañada siempre de comida vegana. Okupación responsable.
Finalmente llegamos a uno de los grandes símbolos del barrio, la archiconocida CAN VIES, el centro social autogestionado que resistió a su intento de demolición en 2014 por parte de la administración. El edificio data del s.XIX, y fue colectivizado durante la guerra civil española bajo el control de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Nos detenemos a admirar su fachada que siempre cuenta con bonitos murales decorativos.

Debatimos con Joan, un joven que fuma en la puerta, acerca del significado del texto de la fachada y de su posible “doble lectura”, o mala interpretación por parte del Pueblo. Él, sin comprender muy bien nuestra humilde observación, nos indica que en efecto, quizá deban renovar el mural pronto y que, hoy en día, él se ha sentido violado por ser cojo de una pierna.
Con esa cita en mente y con el frío en el cuerpo, buscamos cobijo en uno de los bares más auténticamente chinos del barrio. Debatimos sobre todo y sobre nada, hablamos de la vida, la gente, el barrio y España. Nuestra Españita. Nos refrescamos el gaznate con medianas y quintos para unos, tercios y botellines para otros, y damos por finalizado el garbeo con energía renovada y con el siguiente en mente.

