Propuestas para una mejora ultrarracional de Vista Alegre

Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Madrid‘ es un garbeo semanal que parte cada martes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuamos con él, cantamos a favor de la labadora, etc.

El fin de la Fase Dos y el paso a Nueva Normalidad llegó a nuestras vidas solapándose con ese temido momento en el que la agradable temperatura primaveral se transforma en un arma de destrucción masiva que acogota el alma y aplasta el espíritu. Un pequeño decalaje entre nuestros horarios nos provoca estar unos cuantos minutos andando en torno a la parada de Vista Alegre, buscándonos unas a otras por las estrechas calles del barrio. Cuando por fin nos encontramos, ya cansadas de tanta solanera, decidimos hacer uso de la única kriptonita posible ante este calor infernal: una cerveza fresquita.

Enfrente de la terraza en la que nos sentamos nos encontramos con estos originales anuncios de una tienda de electrónica.

El Palacio de Vista Alegre es el lugar más emblemático de esta zona. Concebido originalmente como plaza de toros, a día de hoy en su página web podemos ver anuciadas espléndidas peleas de la WWE, lo que nos lleva a pensar en esa famosa frase de Marx según la cual la historia se repite primero como tragedia y después como farsa. Sin embargo, en nuestro errante pasear no nos encontramos con este vetusto recinto, y antes de que nos demos cuenta volvemos a estar enfrente de la sede del PP. Torcemos por caminos aún no visitados y seguimos descubriendo las calles de Carabanchel.

Tortitas, churros, chocolate y bacalao, la combinación perfecta.
Nos quedamos prendadas de esta terraza-puente.
El arquitecto de este edificio no puede ocultar su filiación colchonera.
Mas vados como este, por favor.

Nos encontramos como de costumbre con carteles con un uso de las comillas dobles bastante aleatorio…

… pero poco más adelante se le da una nueva vuelta de tuerca al concepto, con un aviso a los vecinos en el que se combina la escatología con el diseño gráfico.

Ni «cacas» grandes ni «cacas» pequeñas, igualdad.

Volvemos al parque en el que la semana pasada vimos un precioso arcoiris y nos alegramos mucho al ver que el cochecito infantil vuelve a estar operativo, permitiendo a los infantes realizar viajes de nuevo. ¡Viva la Nueva Normalidad!

Paseamos por un pequeño remanso de paz inserto en el barrio de Opañel en el que solo se ven frondosos árboles y ropas tendidas al fresco. Un niño nos apunta con una pistola de agua, pero levantamos las manos en son de paz y el chaval nos permite continuar con nuestro garbeo.

Llegamos a Plaza Elíptica, seguramente nombrada así por ser una plaza con forma elíptica, que cosas tienen los nombres del callejero a veces. Seguimos avanzando por la calle Marcelo Usera, la arteria principal del distrito, en la que podemos encontrar numerosas casas de apuestas y edificios orientados en todas las direcciones posibles: horizontal, vertical y oblicua. Eso sí, rechazamos por completo los toldos color verde VOX que pueblan sus ventanas. ¡Viva el Toldo Verde tradicional!

Las enfermeras como nuevo icono pop.
Pisos especialmente diseñados para marineros nostálgicos.

En las calles paralelas a Marcelo Usera nos encontramos con bares chinos, tiendas de ultramarinos, y un curioso ejemplar de un «Hiper Husera».

Estamos ya llegando al Manzanares, frontera natural entre Arganzuela y Usera. Muy cerca de la parada de Almendrales, ya visitada en la linea 3, está el primigenio Museo del Jamón, llamado también La Central del Buen Gusto. Entramos para reponer fuerzas y pedimos una tortilla, tras probarla llegamos a la conclusión de que eso del buen gusto quizá tenga más que ver con la decoración que con la comida.

Reconocemos la elegncia en los carteles, con esos jamones colgando cual ángeles celestiales, pero échenle un poco de sal a la tortilla, por favor.

Pasamos por delante del que fue el bar de Chen Xiangwei, conocido popularmente como el chino facha, expulsado del barrio por su tendencias políticas. Compramos unas yonkilatas en un chino (no sabemos si éste era facha o no) para tomárnoslas en Madrid Rio, mientras contemplamos el mastodóntico Plaza Rio 2. Ha sido un garbeo fructífero en el que hemos recorrido buena parte de Madrid sur y realmente no tenemos demasiadas propuestas, más allá de reiterar que sería conveniente que en La Central del Buen Gusto hagan honor a su nombre con las tortillas y celebrar que en Madrid se esté siguiendo el mismo método para nombrar a los centros comerciales que el ya popularizado en «Vivancos 3».

Plaza Rio 2: Si gusta, construiremos el primero.

¡Habla, Pueblo, habla!

Nos han condenado a 18 meses de cárcel y 15.000€ por destapar una sucia cloaca.  Lee más y apóyanos » 

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