¿Qué es el capitalismo? Luces y coloricos para el Pueblo. Un sistema capaz de convertir todo en Grasa en forma de bagatelas con la que hipnotizar a las gentes, y de paso degradar todo lo que toca. Y dentro del capitalismo, la industria textil es un bastión esencial, porque ir a la moda es el acto de precariedad más grande que existe: la ropa que una persona se compra hoy será totalmente inútil en unos meses.

Pues bien, ayer nos encontramos en Diario Design con esto:
Celebramos que las grandes multinacionales apuesten por artistas y diseñadores icónicos para sus colecciones 'one shot'. La última gran -y grata- sorpresa llega desde Suecia. H&M lanza una colección con estampados de William Morris. A partir del 4 de octubre los románticos diseños del gurú del movimiento Arts & Crafts estarán disponibles en versión blusa, foulard o pantalones. ¡No nos puede apetecer más la llegada del otoño!
Básicamente, que H&M pone a disposición de las masas los diseños de William Morris. ¿Y quién es ese William Morris? Veamos lo que dice:
Es una pérdida de tiempo intentar expresar con palabras el desprecio que merece la tan elogiada producción barata de nuestra época. Baste con decir que esa baja calidad le es necesaria al sistema de explotación sobre el que descansa la manufactura moderna. En otras palabras, nuestra sociedad comprende a una gran masa de esclavos a quienes se debe alimentar, vestir, alojar y divertir como esclavos y su necesidad diaria les obliga a fabricar los artículos de esclavo cuyo uso resulta ser la perpetuación de su esclavitud.
Sí: el capitalismo textil ha lanzado ahora su enésima humillación, esta vez contra William Morris. Si ya sabes quién es puedes saltarte el siguiente párrafo, si no nos alegramos de habértelo descubierto, ¡ya nos lo agradecerás! :)

Como decíamos, H&M ha cogido los estampados de este defensor de la sostenibilidad y una sociedad igualitaria y lo ha puesto a disposición de la rueda del capitalismo y la precariedad de las masas. Esto es triplemente humillante para Morris: por su defensa del trabajo consciente, por su preocupación medioambiental y por su preocupación social. Lo detallamos por partes:
Por su defensa del trabajo consciente y bien hecho
Dice Morris que “una persona trabajando, haciendo algo que siente que existirá porque está trabajando en ello y lo desea, está ejercitando las energías de su mente y espíritu, además de las de su cuerpo. La memoria y la imaginación la ayudan mientras trabaja.” No hace falta extendernos en la comparación de esta cita con el trabajo en masa de la industria textil actual, la delirante rotación de la moda y el aumento de su consumo en los países desarrollados.
Por su preocupación medioambiental
Morris arguye que la producción industrial crea ingentes cantidades de basura para las masas (“comida tosca que no alimenta, ropa infame que no abriga”) y para las élites (“estúpidos artículos de lujo de las clases ricas e improductivas, que no son riqueza sino desperdicio”). “Los trabajadores tienen, incluso, que colaborar en el gran invento industrial de nuestro tiempo, la adulteración, y, prestando esa ayuda, producir para su propio uso simulacros y ridículas imitaciones del lujo de los ricos”.
Todo ese desperdicio es el que está colapsando el planeta, convirtiendo sus recursos finitos en basura infinita. Es la ropa producida que se acumula en tu armario, las bagatelas de los chinos que se rompen al ser usadas, los móviles que se quedan viejos de aquí a un rato. Todo ello con brillantes colores y miríadas de innovaciones y obsolescencias. Es la Grasa que hace al Pueblo figurarse que pertenece a la élite, pero que en su propio uso masivo se define como ordinario. “Los asalariados tienen siempre que vivir como les ordenen los que pagan los salarios, y hasta sus propios hábitos de vida les han sido impuestos por sus amos.»
Por su preocupación social
Morris habla de dos clases sociales en relación a su trabajo, una de las cuales tiene el privilegio de ser sostenida por el trabajo de la otra. La primera obliga a trabajar para ella a la segunda y le roba todo lo que es robable, para luego “mantener a sus propios miembros en una situación de superioridad: seres que viven más, que son más bellos, más respetados, más refinados que los de la otra clase.” Esa clase superior somos los países en desarrollo, que mantenemos bajo una constante opresión social y natural a los países en vías de desarrollo y al medio ambiente con nuestro consumo infinito de Grasa.
La situación de la mano de obra en Bangladesh y otros países es de sobra conocida incluso entre quienes compran asiduamente en H&M, y no hace falta que nos detengamos en ella. Pero es el último gran puñetazo que la marca le da a Morris en la cara. “El trabajo valioso lleva aparejada la esperanza en el placer del descanso, la esperanza en el placer de usar lo que producimos y la esperanza en el placer que nos proporcionará el ejercicio de nuestra destreza creativa de cada día. Cualquier otro trabajo que no sea así carece de valor; es trabajo de esclavos —simple trabajo de bestias para poder vivir, vivir para trabajar.” ¡Buena jugada, H&M!
En fin, ¿para qué hablar? Baste esta frase del artículo de Diario Design para callarnos la boca: “Y lo mejor: a precio H&M. Es decir, de 9,99€ a 39,99€. Será difícil resistirse ante tal tentación.” Eso es: seamos cómplices de nuestra propia explotación, pero con estilo.
TÍA QUE ESTÁN BARATOS A VEINTE O TREINTA PAVOS
— Maltita (@Doble_Malta) October 4, 2018
Todas las citas de William Morris están extraídas de su charla «Trabajo útil frente a esfuerzo inútil» en el Hampstead Liberal Club de Londres, 1884
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