Propuestas para una mejora ultrarracional y feminista de Sierra de Guadalupe

Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Madrid‘ es un garbeo semanal que parte cada martes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y realizar una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuamos con él, cantamos a favor de la labadora, etc. Consulte aquí los próximos destinos.

Como cantaba Alejandro Sanz en el clásico del flamenco pop español: «después de la tormenta siempre llega la calma» y ayer por la tarde en Sierra de Guadalupe dejó de llover, al fin. Después de la Sierra de Guadalupe vendrá Villa de Vallecas y después Congosto, La Gavia, Las Suertes, el fin, se dice que las aguas siempre vuelven a su cauce y que el sol sale por el este para ponerse por el oeste pero no es verdad: después de la línea 1 no habrá nada.

Ayer martes 6 de marzo de 2.o18, después de días y más días de lluvia sin interrupción en la capital de España, el sol salió al fin por el sudeste para recocijo de nosotras los Ultrarracionalistas: salió por Sierra de Guadalupe (Vallecas), salió justo mientras nos bajábamos del metro en la Avenida de la Democracia, salió con tantísima fuerza que hasta ganó el Real Madrid cuando todo el mundo pensaba que pasaría otro año en blanco, iniciando el camino del descenso hacia la segunda be. Salió tan bien que fuimos felicísimas, para qué negarlo.

En árabe, «río escondido» se dice “Wad-al-luben” y de ahí viene el nombre de Guadalupe, que nos hemos informado, también, miramos por dónde salía el sol porque no nos fiábamos. Cuenta la leyenda que expande El Pueblo que en Extremadura, se encontró una estatuilla de la Virgen en un río escondido, que daría nombre a un pueblo, a una cordillera y a una parada de la línea 1 de Metro de Madrid inaugurada hace casi 20 años, en 1999 en concreto, que, casualidades de la vida, fue el eje central de nuestro garbeo de ayer martes. Lo primero que hicimos al llegar a estas nuevas tierras que garbear fue ir al Mercadona a comprar manzanas para morderlas y comprobamos que, cuando el hipermercado de la droga se trasladó de las Barranquillas a Sierra de Guadalupe, la fruta empezó a pesarse en caja. Es decir, ya no se concede al comprador la posibilidad de sisar pesando cuatro manzanas y llevándote seis. Consultamos esta medida de represión al robo con la cajera, quien nos dice que desde hace meses se cobra la fruta en caja y que el resto de Mercadona implantarán en breve esta medida. De hecho, nos avisan nuestros informantes de que en el Mercadona de Serrano,61 también se lleva a cabo esta práctica represiva.

Siguiendo con nuestros estudios e investigaciones, llegamos a la conclusión de que a un par de calles de la parada de metro de Sierra de Guadalupe, en Moratalaz, un joven Alejandro Sanz escribía la letra del Corazón Partío (2001) mientras se inauguraba esta parada de metro de la línea 1 (1999). ¿Casualidad? Alejandro Sanz también sabía que en tu habitación nunca sale el sol y Sierra de Guadalupe ya nació partía: vayamos atrás en el tiempo: en 1997, la Comunidad de Madrid decide la construcción de un intercambiador de transportes en Vallecas que incluyera Cercanías y Metro. Durante las obras, resquebraja las casas colindantes, las deja en situación de ruina y luego denuncia a esas casas por estar en situación de ruina y no tomar medidas.

«Ya ves, te rajan la casa y les tienes que recompensar con casi un millón de pesetas, ¿qué te parece, hija de mi alma?», suspira María.

La intención era buena: para colocar las vías del Cercanías, sería necesario añadir dos vías férreas más, desplazando la vía antigua. En el proceso, los constructores movieron una especie de contrafuerte de la casa y el edificio estuvo a punto de derrumbarse, quedando en estado de ruina. A dos metros y medio estaban las casas de la calle Sierra de Gódor, que se llenaron de grietas y acabaron declaradas en ruina. En los atentados del 11 de marzo de 2004, en la estación de Vallecas no se produjo ninguna explosión. Quedó, intacta, al parecer.  

Mientras visitamos los alrededores de las vías del tren, nos encontramos a una madre que arrastra a su hijo por la calle, con quien mantiene una discusión acalorada: ella le grita (sic) «Yo no he nacido para que tú me pegues. Ni tu padre. Me tenéis hasta el coño«. Decidimos no añadir más comentarios, pues ella ya lo había dicho todo.

Se dicen chismes y conspiraciones del 11-M, también de la España feminista, se dicen muchas cosas y nosotras te estamos contando aquí nuestra verdad, se dice también que en Madrid nadie es Madrid pero tampoco es verdad: cinco de cada cuatro jóvenes que nos cruzamos ayer eran de aquí de Madrid, formaban parte todos de una segunda generación de inmigrantes establecidos en el barrio hace 40 o 50 años. Por ejemplo, el hijo de nuestro nuevo mejor amigo desde ayer martes, el dueño del Bar El Ventorro. Aquí estamos con él, originario de un pueblo de Cuenca a 20 kilómetros de Saelices, y padre de cuatro madrileños ternescos.

Aquí está, El Medievalista, con un señor cualquiera en un bar de viejo enseñándole sus videos de YouTube

Es una pena que las generaciones mayores se pierdan las lecciones de El Medievalista sobre la Edad Media sólo porque nadie les haya enseñado cómo usar las nuevas tecnologías. Por eso, El Medievalista ha decidido incorporar a nuestros garbeos de los martes un tour presencial de presentación de sus videos por los barrios de Madrid más gerontocratizados. Es su deber como medievalista. No todo va a ser pasar el día frente a códices y pergaminos. Lo importante es compartirlo. Como el viento, el Medievalista ayuda a dispersar el polen, la semillita de la curiosidad por los Siglos Oscuros dentro de vuestros corazones.

Por supuesto que vimos el partido de Champions del Real Madrid: lo Medievalista no quita el pan y circo del siglo XXI. Menudo partidazo.

A ratos, en la portería del Paris Saint Germain la niebla producida por las bengalas de los hinchas más radicales que lanzaban fuego contra el Real Madrid no permitía ver el campo. El Medievalista dijo que eso era precioso, lo más medievalista que había visto últimamente. Empachados de amor y hermosura, vomitando purpurina, Anónimo García encontró un pájaro enjaulado dentro del bar:

Este pajarito es el poema de Charles Bukowski, Bluebird, el de «hay un pájaro azul en mi pecho que quiere salir pero yo le echo whisky encima y me trago el humo de los cigarrillos, y las putas y los camareros y los dependientes de ultramarinos nunca se dan cuenta de que está ahí dentro» el poemilla ese incluido en Poemas de la última noche en la tierra que habla de las cositas que sentimos por dentro y que pueden leer aquí.

En Sierra de Guadalupe todo el mundo era amable: camareros, parroquianos, todos tenían generosidad, simpatía y amabilidad para nosotros. En ningún otro lugar de Madrid nos hemos sentido mejor acogidos que en Sierra de Guadalupe, la que más acogida se sintió fue nuestra querida Brenda, mujer del grupo, que pudo disfrutar de sus privilegios como mujer: a ella le daban la tapa más grande, a ella llamaban jefa, a ella la toqueteaban todo el rato y no a los demás. Por ejemplo, mientras esperaba al lado de la barra a que el camarero estuviera disponible para cobrarla, alguien asomaba por detrás y la agarraba por la cintura o, el caso más flagrante, el camarero aprovechaba para rozarle las tetas sin querer mientras le servía una caña. Pequeños micromachismos del día a día que convierten a las mujeres feministas que los denuncian en locas exageradas. En cualquier caso, gracias al desparpajo de la presencia de Brenda y su aspecto homosexual, tanto El Medievalista como Jerónimo pudieron disfrutar de tapas generosas y el cariño de los camareros.

Nos encantó Sierra de Guadalupe porque era un barrio obrero lleno de banderas de España. Todavía no era tan feminista como nos gustaría que fuera, como será cuando lleguen al fin todos los Provincianos y Provincianas blancos, con sus privilegios, a vivir a Sierra de Guadalupe, cuando se les termine el contrato de alquiler actual y ya no se puedan pagar Tetuán o Arganzuela pero vemos el esfuerzo por conseguir la igualdad.

España será feminista o no será: que España es la vanguardia feminista del mundo es algo que todo el mundo sabe: hace 40 años despertábamos de un régimen autoritario nefasto para las mujeres, y hoy es uno de los mejores países para nosotras. Las niñas que nacen aquí saben que pueden llegar donde quieran y elegir el tipo de vida que deseen, tanto o más que en cualquier otra parte del mundo, fuera de Europa. ¡Viva España feminista!

Nuestras propuestas de mejora para Sierra de Guadalupe son dos: más banderas de España y más feminismo, que las mujeres dejen de estar hasta el coño. En consecuencia, actualizar el nombre del Mercadona de la Avenida de la Democracia y darle un nombre más español y menos patriarcal como por ejemplo: CompraPersona. 

Ayer en el garbeo hicimos una #W


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