Podría contar las interminables veces que he sufrido acoso por parte de grupos como La Manada. Y eso que soy hombre, blanco y heterosexual, es decir, detentador de privilegios. Las causas han sido generalmente dar muestras de debilidad tribal: ir en bici cuando había que tener coche, llevar el pelo largo cuando la moda era a lo cenicero, no parecer lo suficientemente hombre, etc.
Sufrí una o dos por semana durante unos cuatro o cinco años. La mayoría verbales: sentía a esas «manadas» caminando detrás de mí, insultándome, y tenía que apretar el paso. Me llamaban “maricón” desde innumerables ventanillas de coches. Hubo algún sopapo y alguna zancadilla. En una ocasión caminaba con un amigo y nos echaron spray de pimienta. En otra, unos tipos en un deportivo estuvieron a punto de tirarme de un volantazo tras incremarme por ir en bici.
¿Por qué ocurría? ¿Qué tenían esos tipos en la cabeza? ¿Qué vidas tan ruines y carentes de sentido llevaban para tener que aderezarlas con semejantes idioteces? No me pasó nunca nada grave, pero este acoso sistemático me destrozaba. Estas situaciones me habían llevado a sertirme inseguro, desnudo e impotente. El miedo al desprecio por expresar una opinión diferente me paralizaba. “Rompen mi coraza, miran dentro y saben que tengo miedo”, escribí en mi diario. No puedo saber cómo se siente una mujer al ser agredida, pero estos episodios me ayudan a entenderlo.
Cómo no, solo pude acabar deseando la extinción inmediata de la humanidad.
Hoy les puedo poner fácilmente nombre a todos esos grupos que me acosaban: La Manada. En beneficio de los violadores de San Fermín hemos de decir que eligieron un buen concepto para sí mismos: estampida irreflexiva, grupo que prueba su valía en el mimetismo. Fíjense en sus peinados semejantes, todos al último grito de la moda sugerida por Cristiano Ronaldo, verdadero portavoz del Empleo y Gol en su versión más chabacana. O en sus camisetas, a las que imagino habitualmente pobladas de mensajes ordinarios o aleatorios, y que en este caso presentan al animal sacrificado para regocijo y frenesí del Pueblo. La Manada es el ejemplo de un mundo guiado por bagatelas, inmediatez, adhesión a la Tribu y lo peor de la masculinidad.
Porque, efectivamente, todas esas manadas agresoras estaban compuestas por hombres.
Desprecio con todas mis fuerzas a La Manada porque, sin ser tan graves como una violación, yo también he sufrido sus agresiones. Mi reacción primaria ante ellas es de ira, pero pagar con la misma moneda me dejó siempre peor. Enzarzarse en peleas te convierte en otro machuno más intentando demostrar que es el más fecundador.
Porque la violencia es un producto de la masculinidad más rancia. La he sufrido y me entristece cuando veo que permea fuera de su reducto machuno. Con la violencia, de forma más o menos explícita viene el dominio, el discurso único, el todo o nada, la adhesión a la Tribu, el puritanismo de «yo bien, tú mal» y «dogma o anatema». En otra época la violencia funcionó: hoy por fortuna ya no, y todo se vuelve en contra de quien la usa.
La clave, tal vez, sean estas palabras del artista Shane Solanki: “¿Cómo expresar el enfado de una manera que cree cambio? Si gritas, solo produces rechazo. Pero hay que sacar la ira de forma que genere impacto y a la vez provoque diálogo”.
Patriarcado vs kiriarcado
Agradezco al feminismo que me haya brindado la oportunidad de evaluar cada uno de mis actos de una manera que no había hecho antes. En algunos puntúo bien, en otros no tanto. No diré cuáles por pudor, pero están ahí, en revisión. Y también le agradezco que me haya descubierto una teoría redonda en lo referente a los mecanismos de poder: el kiriarcado. Leo de Wikipedia:
«El kiriarcado es un sistema social construido sobre la dominación, la opresión y la sumisión, en los cuales un simple individuo podría ser oprimido en algunas relaciones y privilegiado en otras. Es una extensión interseccional con la intención de redefinir la categoría analítica de patriarcado más allá del concepto de género. El kiriarquismo incluye el sexismo, el racismo, el especismo, la homofobia, el clasismo, la inequidad económica, el colonialismo, el militarismo, el etnocentrismo, en antropocentrismo y otras formas de jerarquías dominantes en las que la subordinación de una persona o de un grupo hacia otro está internalizada e institucionalizada.»
A través de esta teoría descubro cómo yo, aunque sea hombre blanco heterosexual, no siempre soy dominante ni siempre dominado. En ella encajan las agresiones que sufrí por parte de manadas: el machismo me ha afectado también a mí. Y me brinda la oportunidad de descubrir muchos más mecanismos de poder, invitándome a repensarlos. ¿Cuál es mi relación con Asia, además de comprar en el H&M? ¿Cuál con África, además de reemplazar el móvil siempre que puedo? ¿Cuál con el planeta, además de hacerlo estallar con la cantidad de bagatelitas que adquiero? ¿Cuál con una vaca, además de hacer que la violen una y otra vez para comerme a sus hijos?
Todos estos debates son importantes, pero no colapsan el día a día de mi muro porque quienes en él se congregan o bien detentan esos privilegios, o bien no les afectan directamente. Y creo que es una teoría de extrema importancia, porque sin el kiriarcado en mente cualquier autodefensa de un colectivo privilegiado es autocomplaciente, ombliguista y falta de empatía. No hay buenas ni malos, sino una compleja red de dominaciones y situaciones de poder, en la que, si tomamos prespectiva, el machismo es solo una de tantas, y por fortuna las mujeres españolas están en lo más alto de la pirámide de dominio.
Aunque, ciertamente, los hombres lo estamos aún más. :/
3 ideas sobre “A mí también me ha agredido La Manada”
Soy hombre, blanco, heterosexual y pecador de la pradera, tengo mis privilegios (imagino, aunque yo no los huelo a menudo, pero vamos a decir que los tengo) y como tengo privilegios pago el precio. me han robado, me han agredido o me han dicho maricón simplemente por ir con un colega andando, y cuando ha pasado todo eso he intentado defenderme , y no he ido a esconderme en un grupo feminista o a intentar justificar mi patetismo comparandome con una victima de una violación multiple. ¿puedes siquiera imaginar lo que tuvo que ser para ella? si llega a pasarte a ti te cuelgas de las pelotas al tiro.
Soy hombre, machista seguramente a ojos de muchas mujeres, pero tengo valores. Se me ha educado medianamente bien y se que levantarle la mano a una mujer, jugar con sus sentimientos o forzarla a hacer algo que no quiere es malo. basico. funcional. VALORES.
y ESO precisamente es lo que falta en este mundo de mierda, ni kikiarcado o como cojones se ponga ni ostias, VA LO RES. La manada tiene una falta clara de valores.o seguramente unos padres nefastos o inutiles. Son fieles a las mierda de entorno en el que han vivido, sobrevivieron juntandose, abusando de todo lo que fuera mas debiles que ellos, porque por separado son una mierda seca. Sin embargo tu, a parte de gilí y cobarde eres un planchabragas culoabierto y patetico. Te jode porque has estado solo toda tu vida y ahora piensas que por ir de progre y de feminista (con permisito de las lobas) vas a mojar el churro. cambias una manada por otra.
Aceptate, y no tendras que ir como un patetico buscando aprobación de nadie. Lee a Nietzche y aprende a sobrevivir en este mundo de mierda, no hay otra.
Gracias por tus observaciones. Acepto tus argumentos ad hominem, por qué no, pero el resto de tu comentario no sé en que manera contradice lo expuesto en el artículo. El kiriarcado, que no es un invento mío sino una propuesta de la feminista Elisabeth Schüssler Fiorenza, propone revisar esos valores: en lo tocante al machismo y más allá de él.
https://en.wikipedia.org/wiki/Kyriarchy
Por otra parte, el relato de mis agresiones no es por compararme con una víctima de violación ni mucho menos, sino para evidenciar que el acoso machista trasciende al que sufren las mujeres y personas de género no binario. Los hombres, como tú también manifiestas, podemos sufrir violencia machista, y es importante visibilizarla también.
¡Vaya que cosas! Es super importante que se visibilicen estos ataques de machismo brutal a los omvres no vaya a ser que las mujeres (o cualquiera) pueda pensar que solo a nosotras nos acosan, nos agreden, nos violan, nos matan, nos miran como trozos de carne con tetas y coño, no solo los que son como la manada, sino cualquier hombre heterosexual, nos pregunten en las entrevistas si nos vamos a quedar embarazadas o tenemos hijos, que es una casualidad que las mujeres cobramos menos y seamos las que renunciemos a nuestra carrera profesional para cuidar de los hijos, que nos críen con sentimiento de culpa y sumisión, que valgamos tanto como la juventud y belleza que poseamos y un largo etcétera pero, ¿Qué es todo eso con el daño que tu también has recibido?
Gracias OMVRE por visibilizar un sistema estructural diseñado específicamente para privilegiar a unos sobre otros y en el que has descubierto que tu también eres una víctima. Seguro que las españolas de otra raza u etnia de clase obrera o las mujeres con discapacidad se sienten super afortunadas por ser españolas y estar a la cabeza de otras mujeres porque solo la acosan 250 días al año y hay mujeres a las que las acosan 340…..eso es una suerte todo el mundo lo sabe.
La gran mayoría de las opresiones son binomios y se articulan para privilegiar a un grupo sobre otro, pero hasta el hombre esclavo tiene a su disposición a su esclava, no insultes a esa mujer comparándote con ella, no insultes a ninguna mujer porque cualquier mujer ha sido mucho mas discriminada que tu en cualquier ámbito y no estas hablando de un grupito, estas hablando de la jodida mitad de la población mundial.