DE LA FRONTERA
Frida Kahlo lava su corazón
En Jerez de la Frontera
Entre palmas y castañuelas
Tiende las crines mojadas
En la balandra arqueada
Y las azabache destiñen
Y las tintas descuelgan su agua
Como llorando ojos de piedra
Sobre tapia encalada
El sol se abre en su patio
Que filtra araucaria
Dormida en su boca blanca
Perros y duendes agitan a la vez
Sombrero de ala ancha
En el cuello de su guitarra
Pero nadie recoge la copa rota
Junto al pozo de vivas lágrimas
Que una a una se apresaban
En el río de la duna gris
Sobre el alma de la semilla
Que anheló cruzar su garganta.