El latín sigue siendo idioma oficial del Vaticano, es la lengua vehicular científica para los nombres binarios de los reinos animal y vegetal, y en Derecho aún denomina figuras e instituciones. Hablarlo hoy día es de cultos, puristas o pedantes, puede que incluso de los tres a la vez… Por tanto, ante este panorama buromundano, cabe preguntarse: ¿está muerto el latín? ¿O de parranda?