Propuestas para una mejora ultrarracional de Villaverde Bajo-Cruce

Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Madrid‘ es un garbeo semanal que parte cada martes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuamos con él, cantamos a favor de la labadora, etc.

Este martes la comitiva ultrarracional se dio cita en la estación de metro de Villaverde Bajo-Cruce para, una semana más, proseguir con los planes de mejora urbanística de la periferia de Madrid.

Ya nos habían advertido de que en Villaverde no íbamos a encontrar nada que mejorar, pero aun así es nuestra obligación dedicar la misma atención a todos los barrios, así que nos pusimos en marcha.

Breaking the rules desde el principio.

Atraídas por el tráfico vial y ferroviario, dos de nuestras debilidades, nada más empezar nuestro paseo damos con un interesante espacio debajo de una carretera y próximo a las vías del tren.

El grupo, desmandado, se niega a posar como es debido para una foto.

Apreciamos que, a pesar de que en nuestro paso por allí no nos cruzamos con nadie, los lugareños utilizan con regularidad este espacio para exponer sus opiniones sobre diversos temas de la actualidad sociopolítica.

Esta columna se ofrece como un palimpsesto donde varios participantes han ido superponiendo sus lecturas de la situación en Ecuador.

Nos parece muy interesante observar que los ciudadanos participan activamente en el debate, pero no lo hacen cara a cara: utilizan este espacio como soporte, pero la conversación en sí se produce a distancia, o se traslada a las redes sociales. Una suerte de reinterpretación posmoderna, tal vez, de lo que era el ágora en la polis griega.

Al argumento que podemos leer en esta columna, otro participante había respondido con un grafiti que rezaba ‘Vox’ en la columna de enfrente.
Esta vecina, que se solidariza con el movimiento independentista berciano, proporciona su contacto para poder continuar el diálogo en redes.
Siempre hay alguien que es incapaz de exponer sus argumentos con respeto y elegancia, sea en la época y en el foro de debate que sea.

Un poco más adelante detectamos algunas pinceladas de gentrificación, ese controvertido fenómeno al que, tarde o temprano, todos los barrios terminarán por sucumbir, por mucho que nos pese.

Gentrificación a la vista.
¿Pero esto es Villaverde o el Campo de Cebada?
Esta agencia de viajes institucionaliza lo que ya hacemos nosotras: el ‘inturismo’ o turismo por barrios de la propia ciudad en la que se reside. Es el principio del fin de la auténtica identidad suburbana.

En nuestro paseo observamos numerosas aves exóticas, que nuestros conocimientos de ornitología nos permiten catalogar como tórtolas turcas y cotorras argentinas, entre otras especies. Nos inquieta un poco esta abundancia de especies foráneas, pero nos tranquilizamos al ver que en el barrio se protegen las especies de pájaros españoles de bien, de los de toda la vida.

Torre obsoleta reciclada como nido de cigüeñas: es bien.

También identificamos algunas cosas que ya llevamos semanas encontrando en otros barrios. Por ejemplo, aquí también hay un gran número de seat amarillos, que hasta ahora no habíamos encontrado al sur de la M-30, pero sí en Ciudad Lineal.

Probablemente estas observaciones sean irrelevantes, pero es lo que hay.

También los números de los portales de algunas calles son muy grandes, como pasaba en La Elipa y en Ciudad de los Ángeles. De hecho, nos parece que cada vez son más grandes. ¿Será para que se puedan avistar mejor desde el centro de Madrid, de donde cada vez nos alejamos más en nuestros garbeos?

Si es así, nos inquieta pensar de qué tamaño van a ser en Villaverde Alto.

Detectamos una curiosa forma de marketing que ninguna de nosotras habíamos visto antes, y que consiste en que los vecinos utilizan las ventanas de sus viviendas como espacio publicitario.

Parece ser una práctica especialmente popular entre los pintores.
Además de para ofrecer servicios, este espacio también se usa para dar voz a otras cosas importantes, como ser del Rayito.
Aunque no tienen problemas a la hora de compartir sus números de teléfono o preferencias futbolísticas en las ventanas, los vecinos se muestran más reacios a mostrar, por ejemplo, su ropa tendida, que aquí ocultan tras una reja.
Algo muy respetable, pero que nos impide hacer este tipo de fotos costumbristas que a nosotras tanto nos gustan.

Nos encontramos con muchas manifestaciones artísticas por todo el barrio.

Como el mercado de valores, pero mejor.
La instalación ‘La hora del baño’ permite a los transeúntes interactuar con ella.
No todos los artistas pueden dedicarse a lo que les gustaría: este joven talento ha tenido que poner su brocha al servicio de Tecnocasa y de la gentrificación para crear la obra ‘Tu foto aquí: tú también puedes ser agente inmobiliario por 800€ brutos al mes’.

Notamos que, como suele pasarles a los artistas, los habitantes de Villaverde Bajo son gentes de pasiones intensas. Este es un rasgo que se manifiesta en su forma de amar.

Poliamor.
No tenemos claro si la palabra entrecomillada es ‘cielo’ o ‘culo’, pero deseamos muy fuerte que sea ‘culo’.

… Pero también cuando odian.

En especial cuando odian a la policía.
¡Queremos policía fuera del mundo, queremos policía espacial!

Paseamos un rato más por el barrio al atardecer.

Por un momento nos sentimos tentadas de volver a entrar en propiedad privada de Adif, como cuando estuvimos en Hospital 12 de Octubre.
Pero al final nos conformamos con disfrutar del paisaje.

Cuando cae la noche y ya no nos salen bien las fotos sin flash, buscamos un bar donde debatir las propuestas de mejora ultrarracional para el barrio de Villaverde Bajo:

Sopesamos unas cuantas opciones, pero nos conquista la decoración de este local.
  • Gratamente sorprendidas por el nivel de implicación ciudadana al respecto, proponemos el ágora posmoderna bajo la carretera como enclave para el debate político de cara a los próximos comicios. Pero proponemos no sólo el encuentro cara a cara entre los candidatos, sino el combate cuerpo a cuerpo.
Aquí un Rivera vs. Abascal, pero a muerte.
  • Para facilitar aún más el debate ciudadano a la par que preservar nuestro patrimonio nacional, proponemos instalar en todas las ventanas Toldo Verde que lleve impresa información completa sobre cada uno de los vecinos: teléfono, DNI, perfiles en Instagram y Twitter, equipo de fútbol del que se es forofo y partido político al que se pretende votar.
Queremos saberlo todo sobre usted, como Facebook.
  • Creemos que esta forma de comunicarse que hemos observado y que combina grafiti y redes sociales también  puede ser una gran forma de que Cupido obre sus milagros en el barrio. Proponemos que se habilite un espacio donde los vecinos puedan compartir una breve descripción sobre sí mismos, y un código QR que lleve a su perfil de Tinder.
Como esto, pero subvencionado por el ayuntamiento.
  • Por último, tenemos que decir que hay algo que hemos visto que no nos ha gustado nada, y es que en Villaverde Bajo hay una zona por la que sólo se permite la circulación de personas con pene. Esto nos parece fatal y discriminatorio sin paliativos, por lo que proponemos la supresión inmediata del carril pene.
O, por lo menos, hacer un concurso de dibujos inclusivos para rediseñar esta representación del paradigma hegemónico de pene, que poco o nada se corresponde con la diversa realidad.
Para terminar, el Villaverde Bajo que soñamos resumido en una imagen: el espacio urbano, soporte para que los vecinos compartan sus ideas y sentimientos a través de las nuevas tecnologías. Fantasía.

 

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