‘Propuestas para una mejora ultrarracional de la ciudad de Madrid‘ es un garbeo semanal que parte cada martes de una estación de metro distinta, barriendo el plano por orden de líneas y de norte a sur. Cada garbeo consiste en caminar por donde nos venga en gana y una visita a un bar local. En ellos conocemos al Pueblo en su salsa, interactuamos con él, cantamos a favor de la labadora, etc.
Este martes la comitiva ultrarracional se dio cita en la estación de metro de Villaverde Bajo-Cruce para, una semana más, proseguir con los planes de mejora urbanística de la periferia de Madrid.
Ya nos habían advertido de que en Villaverde no íbamos a encontrar nada que mejorar, pero aun así es nuestra obligación dedicar la misma atención a todos los barrios, así que nos pusimos en marcha.

Atraídas por el tráfico vial y ferroviario, dos de nuestras debilidades, nada más empezar nuestro paseo damos con un interesante espacio debajo de una carretera y próximo a las vías del tren.

Apreciamos que, a pesar de que en nuestro paso por allí no nos cruzamos con nadie, los lugareños utilizan con regularidad este espacio para exponer sus opiniones sobre diversos temas de la actualidad sociopolítica.

Nos parece muy interesante observar que los ciudadanos participan activamente en el debate, pero no lo hacen cara a cara: utilizan este espacio como soporte, pero la conversación en sí se produce a distancia, o se traslada a las redes sociales. Una suerte de reinterpretación posmoderna, tal vez, de lo que era el ágora en la polis griega.



Un poco más adelante detectamos algunas pinceladas de gentrificación, ese controvertido fenómeno al que, tarde o temprano, todos los barrios terminarán por sucumbir, por mucho que nos pese.



En nuestro paseo observamos numerosas aves exóticas, que nuestros conocimientos de ornitología nos permiten catalogar como tórtolas turcas y cotorras argentinas, entre otras especies. Nos inquieta un poco esta abundancia de especies foráneas, pero nos tranquilizamos al ver que en el barrio se protegen las especies de pájaros españoles de bien, de los de toda la vida.

También identificamos algunas cosas que ya llevamos semanas encontrando en otros barrios. Por ejemplo, aquí también hay un gran número de seat amarillos, que hasta ahora no habíamos encontrado al sur de la M-30, pero sí en Ciudad Lineal.

También los números de los portales de algunas calles son muy grandes, como pasaba en La Elipa y en Ciudad de los Ángeles. De hecho, nos parece que cada vez son más grandes. ¿Será para que se puedan avistar mejor desde el centro de Madrid, de donde cada vez nos alejamos más en nuestros garbeos?

Detectamos una curiosa forma de marketing que ninguna de nosotras habíamos visto antes, y que consiste en que los vecinos utilizan las ventanas de sus viviendas como espacio publicitario.




Nos encontramos con muchas manifestaciones artísticas por todo el barrio.



Notamos que, como suele pasarles a los artistas, los habitantes de Villaverde Bajo son gentes de pasiones intensas. Este es un rasgo que se manifiesta en su forma de amar.


… Pero también cuando odian.


Paseamos un rato más por el barrio al atardecer.


Cuando cae la noche y ya no nos salen bien las fotos sin flash, buscamos un bar donde debatir las propuestas de mejora ultrarracional para el barrio de Villaverde Bajo:

- Gratamente sorprendidas por el nivel de implicación ciudadana al respecto, proponemos el ágora posmoderna bajo la carretera como enclave para el debate político de cara a los próximos comicios. Pero proponemos no sólo el encuentro cara a cara entre los candidatos, sino el combate cuerpo a cuerpo.

- Para facilitar aún más el debate ciudadano a la par que preservar nuestro patrimonio nacional, proponemos instalar en todas las ventanas Toldo Verde que lleve impresa información completa sobre cada uno de los vecinos: teléfono, DNI, perfiles en Instagram y Twitter, equipo de fútbol del que se es forofo y partido político al que se pretende votar.

- Creemos que esta forma de comunicarse que hemos observado y que combina grafiti y redes sociales también puede ser una gran forma de que Cupido obre sus milagros en el barrio. Proponemos que se habilite un espacio donde los vecinos puedan compartir una breve descripción sobre sí mismos, y un código QR que lleve a su perfil de Tinder.

- Por último, tenemos que decir que hay algo que hemos visto que no nos ha gustado nada, y es que en Villaverde Bajo hay una zona por la que sólo se permite la circulación de personas con pene. Esto nos parece fatal y discriminatorio sin paliativos, por lo que proponemos la supresión inmediata del carril pene.


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